«Lo que da paz a mi corazón»
CartasUn joven médico con sus preguntas y sus miedos. El estupor que te arranca de la nada, el deseo de hacer silencio… y la necesidad de ser “reenganchado” de vez en cuando
Un joven médico con sus preguntas y sus miedos. El estupor que te arranca de la nada, el deseo de hacer silencio… y la necesidad de ser “reenganchado” de vez en cuando
Una enfermera del Policlínico de Milán, joven e inexperta, en cuestión de horas se ve inmersa en una nueva unidad de cuidados intensivos para enfermos de coronavirus. El miedo la vence pero después del primer turno, algo sucede…
Gabriele acaba de acompañar a su madre al cementerio, casi clandestinamente. Piensa en ella, en todo lo que le ha dejado. Pero también en nuestros mayores y en por qué merece la pena cuidarlos. En ellos está la verdadera riqueza
En este momento de emergencia, el reclamo al valor del fondo común, una ocasión para volver a preguntarse por su significado, y cómo nos ayuda a vivir la fe
Un profesor se conecta por video con un grupo de estudiantes musulmanes. Hablan de sus miedos, sus preocupaciones, la suspensión de las clases. Luego uno introduce la cuestión de Dios, y del sentido que tiene esta prueba
Se casaron, de manera privada, el 29 de febrero. Los proyectos y preparativos de meses se esfumaron, con un gran sentimiento de injusticia. Y con una pregunta: «¿pero qué nos está pidiendo el Señor?»
Un Banco de Solidaridad que continúa ayudando a ancianos solos. La iniciativa de un restaurador que abre solo para ellos. Y el descubrimiento de la necesidad de la Escuela de comunidad para vivir, ahora especialmente
El deseo de algo que venza la soledad y los propios pensamientos. Un mensaje que te hace volver a empezar. Las ganas de vivir abierta a las cosas que suceden. Y el descubrimiento de que hasta en familia los “muros” pueden caer
Mirar lo que está sucediendo dentro de un horizonte más grande, como hace el papa Francisco. Un diácono que espera la llegada de su ordenación cuenta lo que está aprendiendo estos días
Trabaja en Urgencias, y ahora le toca la zona de infecciosos. A veces le dan ganas de gritar y salir corriendo. Otras veces le sorprende cómo le rescata algo que sucede, tan sencillo como el mensaje de una compañera
Cirujano en Milán, la suya no es una especialidad relacionada con el virus, de modo que se siente un poco “al margen” de la emergencia. Pero se pregunta: «¿cuál es mi contribución?»...
Confinados entre las paredes de casa, nos encontramos en «un tiempo favorable al pensamiento». Y la oportunidad de preguntarnos por lo que vale. Un psiquiatra relee el artículo de Carrón en elmundo.es
Elena, en los primeros días tras el cierre de las aulas, hacía miles de cosas. Hasta que se dio cuenta de que en este no parar había algo que no le cuadraba. Entonces comenzó un trabajo…
Su marido atendiendo a enfermos de coronavirus y ella en casa con sus hijos y “las tareas de siempre”: limpiar, fregar, cocinar… preguntándose: «¿Cuál es mi utilidad en este momento?»
Al leer en la carta de Carrón que se suspendían los Ejercicios de la Fraternidad, el trabajo de la secretaría del movimiento empezó a tambalearse. Una llamada a sus compañeras italianas le permitió empezar a mirar de frente la realidad
Ingresado por coronavirus con insuficiencia respiratorio, pero los ojos abiertos de par en par, descubriendo multitud de signos de Su presencia. «No estoy contento por haber enfermado, pero doy gracias por lo que estoy aprendiendo»
La llamada de un amigo en cuarentena, el recuerdo de unas vacaciones siguiendo a san Benito y esa pregunta del salmo: «¿quién es el hombre que ama la vida y desea días felices?». Un grito que no acallan nuestros intentos por seguir en contacto
El trabajo en urgencias en Roma. Saltan las alarmas con el primer enfermo de coronavirus y Benedetta recuerda las palabras de Carrón, ese “método” que vale para todos. «Es una presencia, no nuestras estrategias, lo que nos sostiene»
Ella es enfermera, ahora trabaja con varios pacientes que han dado positivo en la prueba del Covid19. Una mujer le grita por teléfono, un sacerdote anciano llega aterrorizado. Dos episodios en los que «Cristo me pregunta: “¿Tienes miedo? ¿Te fías de mí?”»
No poder juntarse ni ir a misa. Para Elisa e Laura, es verdadero no es intentar seguir viéndose a pesar de lo que está pasando sino vivir siguiendo una provocación. ¿Qué paso se nos pide?
Volver a lo esencial, rezar y seguir –como se puede– los gestos indicados por el movimiento. Efrem cuenta cómo y por qué se puede vivir “el ciento por uno aquí abajo" hasta encerrado en casa