Alberto Savorana en Montreal (foto de P. Stockland)

Montreal. «Todos están buscando un encuentro»

Última parada, Canadá. Termina la gira norteamericana de presentaciones de la biografía de don Giussani. Con Alberto Savorana, dialogan esta vez Christine Jones, presidenta de un college católico, y el jesuita John Meehan
Claire Vouk

John Zucchi, profesor de historia, fue el encargado de moderar la última presentación de la gira norteamericana de The Life of Luigi Giussani en Montreal, Canadá. Lo primero que hizo fue invitar a Philip Cercone a dar el saludo inicial. Cercone, director ejecutivo de la McGill-Queen’s University Press, la editorial en lengua inglesa de muchas de las obras de Giussani y de su biografía, contó cómo fue la historia del lanzamiento del libro El sentido religioso en Londres. Informó a la Canada House, la sede elegida para la presentación, de que asistirían varios cientos de personas. «Me tomaron el pelo entre risas», recuerda, pero la noche de la presentación llegaron quinientas personas, y aquel libro sigue siendo aún hoy el que congregó una mayor participación de público en ese lugar.

Alberto Savorana, autor de The Life of Luigi Giussani, respondió entusiasmado al comentario de Cercone, recordando cómo se conmovió don Giussani cuando vio que sus obras se publicaban en inglés. De hecho, tras la traducción de El sentido religioso en inglés por parte de McGill-Queen’s, recordaba Savorana, el fundador de CL quiso que aquel evento apareciera en la portada de Huellas aquel mes, con el título “Un nuevo inicio”.

Después de esta inesperada y atractiva introducción, Zucchi abrió paso al debate con una pregunta dirigida a los ponentes: «La manera en que don Giussani afrontaba los desafíos de su vida, ¿tiene algo que decirnos a nosotros a la hora de tener que afrontar los nuestros?».

Padre John Meehan, Christine Jones, John Zucchi y Savorana

La primera respuesta llegó de Christine Jones, presidenta del Catholic Pacific College de Langley, en la Columbia Británica. Jones empezó hablando de cómo la lectura de la biografía de Luigi Giussani ya había supuesto para ella un acontecimiento. «Lo que he descubierto al leer estas páginas me iba cambiando y convirtiendo cada vez más, devolviéndome a la fascinación original de mi primer encuentro con el movimiento de Comunión y Liberación». En aquel “hermoso día”, por usar las palabras de don Giussani, Jones comprendió por primera vez que Cristo estaba vivo y presente también para ella. Este descubrimiento se dio de forma totalmente distinta a cómo ella había vivido su fe católica hasta este momento, «tratando de ser lo más buena posible. Salvo que, naturalmente, nunca era lo suficientemente buena».

La invitación para hablar de este libro le llegó en un momento especialmente complicado. Tres semanas antes el marido de su sobrina había muerto en un accidente de tráfico. «La realidad nos viene sencillamente, totalmente dada», comentó Jones parafraseando a don Giussani. Luego contó que un amigo suyo le expresó su disgusto «ante una tragedia tan insensata». «Sus intenciones eran buenas», señaló Jones, «pero no era algo insensato. El fulcro de la genialidad de Giussani, de su intención y de su forma de comunicar el hecho cristiano es justamente el hecho de que cada cosa que sucede es un signo y tiene un significado más grande que nosotros, y nos remite a una presencia amorosa». Por tanto, la manera en que nosotros educamos a los jóvenes, explicó, «solo puede consistir en introducir a cada uno en esta realidad llena de significado».

Para terminar, Jones dijo que «el camino indicado por don Giussani es sencillo, pero no es fácil». Sencillo en cuanto que somos fundamentalmente conscientes de que nosotros no somos los amos del universo. Pero, añadió, «no es fácil, pues muchas cosas conspiran para enmascarar nuestras necesidades originales». Luego dio las gracias a Savorana por haber hecho este libro que tanto la ha acompañado en un momento muy difícil, devolviéndole a su “maestro”, don Giussani.

Después llegó el turno del padre John Meehan, jesuita, rector de la Iglesia de Jesús en Montreal y director ad interim del Newman Center en la McGill University. Meehan señaló que la biografía parece moverse en dos niveles. El primero narra los acontecimientos biográficos de la vida de don Giussani, mientras que el segundo va presentando su carisma. Puesto que trabaja mucho con jóvenes, Meehan se mostró especialmente impactado por el trabajo desarrollado por don Giussani con los universitarios. «Qué manera de estar presente junto a ellos, no dándoles todas las respuestas sino afrontando con ellos sus desafíos y preguntas».

Leyendo The Life of Luigi Giussani, Meehan tuvo un gran impacto sobre todo con tres aspectos del carisma de Giussani. En primer lugar, valoró mucho su «diagnóstico del malestar de la modernidad» respondiendo a los turbulentos acontecimientos de los años sesenta. «Al leer esta parte no podía dejar de pensar en nuestra vida actual», comentó. Frente a cuestiones como el actual clima político y la crisis que está atravesando hoy la Iglesia, «hay un reclamo a una autenticidad más profunda», añadió Meehan. «Creo que don Giussani tiene mucho que decirnos sobre esto». Como jesuita, a Meehan le ha llamado mucho la importancia que don Giussani atribuía a la experiencia y al encuentro respecto a las reglas y el dogma. Contó que, en su ministerio en las Primeras Naciones, los pueblos nativos, en Saskatchewan, no podía resolver solo todos los problemas, pero lo que se me pedía era ante todo ser una presencia en medio de ellos. Meehan concluyó citando las palabras del entonces cardenal Bergoglio sobre el libro de don Giussani El atractivo de Jesucristo: «Todo en nuestra vida empieza con un encuentro. Un encuentro con este hombre, el carpintero de Nazaret».

Savorana terminó refiriéndose a los sentimientos expresados por Jones. También para él, la experiencia de escribir este libro supuso una oportunidad para «reencontrarme con Giusssani de una manera más profunda que cuando le tenía físicamente al lado». Destacó que el objetivo de don Giussani nunca fue el de crear una nueva estructura social, «porque las necesidades del hombre son mucho más profundas». Giussani reconocía sobre todo que «solo una presencia puede fascinar», y dedicó su vida entera a compartir esa presencia fascinante. Savorana terminó resumiendo, al cierre de esta gira de diez días, el aspecto esencial de la misión del fundador de CL. «Solo una presencia puede mover al otro y ahora, en la sociedad actual, todos necesitan encontrar una respuesta a su drama interno, que muchas veces ignoran, a sus preguntas y necesidades. Todos están buscando un encuentro».