Rod Dreher, Miriam Cruz-Bustillo, José Pedro Redondo y Alberto Savorana

Miami. Don Giussani, un maestro que nos enseña a vivir ahora

Parada en Florida para presentar la biografía escrita por Alberto Savorana, en una gira de presentaciones de la traducción del libro al inglés. Un diálogo apasionado con Rod Dreher, autor de "La opción benedictina", y la abogada Miriam Cruz-Bustillo
Joep Van Keeken

La velada empezó con Emanuele y Bernadette agarrando sus violines y fascinando al público con su ejecudión. Y acabó con Alberto Savorana, autor de The Life of Luigi Giussani, diciendo: «La introducción musical a la presentación de esta noche ha sido para mí un gran gesto de amistad». El biógrafo del famoso sacerdote y educador italiano, vinculó la espléndida interpretación de los dos violines con un importante episodio en la vida de Giussani, cuando, siendo un joven sacerdote, volvía exhausto al seminario tras una larga e intensa jornada y, como regalo, un sacerdote mayor tocaba para él la quinta sonata de Beethoven en el piano que había en la sala de profesores. Giussani lo cita como «el mayor gesto de amistad que recuerdo en mi vida».

El motivo de este encuentro en Miami era la publicación en inglés de la valiosa biografía escrita por Savorana. «Estamos aquí para aprender de la vida de Luigi Giussani, que fue un testigo excepcional de Cristo. El objetivo de nuestro debate de hoy es la búsqueda de respuestas eficaces para nuestras preguntas sobre la sociedad y la Iglesia», empezó diciendo el moderador, el psicólogo José Pedro Redondo. Su amiga Miriam Cruz-Bustillo, abogada, que empezó a conocer el movimiento de CL hace unos años junto a su marido, contó con mucha simpatía cuánto está aprendido de Giussani y de quienes le siguen. Explicó que esta biografía le está ayudando a entender cómo un amigo suyo venezolano puede afrontar de manera tan admirable y humana la terrible situación de su país. Pero lo que más le ha impactado es la observación de Giussani de que la fe desaparecería si no fuera pertinente para nuestras exigencias estructurales y nuestro crecimiento personal. «Por mi trabajo, muchas veces me toca estar en un clima de tensión y conflicto. La Escuela de comunidad me ayuda a dar un paso atrás y preguntarme qué estoy haciendo, quién es el que tengo delante y si le estoy tratando como lo haría Cristo. De modo que se ha convertido en un lugar de conversión para mí y para mi marido».



Luego llegó el turno de Rod Dreher, escritor y periodista, famoso sobre todo por su libro La opción benedictina. Una estrategia para los cristianos en una sociedad postcristiana, que no deja de traducirse a nuevos idiomas. «Yo no soy de CL», señaló Dreher. «Ni siquiera soy católico, pero en CL he encontrado un montón de amigos». Criado en un barrio protestante de Lousiana, a los quince años se descubrió siendo ateo. Dos años después, durante un viaje por Europa, entró en la catedral de Chartres. La arquitectura, las esculturas, las vidrieras le causaron un enorme impacto. «En todo eso encontré la magnificencia de Dios, en aquel instante comprendí que Dios existía». Otro episodio significativo en su vida fue la entrevista a un sacerdote de 92 años en Baton Rouge. Aquel cura le dijo que él también fue ateo, era un ingeniero comprometido socialmente. Pero de pronto, cuando el sacerdote le contó el episodio de su conversión, de sus ojos empezaron a brotar lágrimas de alegría. «Estos hechos han sido para mí signos que indicaban a Jesús, eran presencias cargadas de mensaje. También me he dado cuenta de que el momento de la conversión es solo el inicio. Tenemos que seguir a una autoridad para profundizar en este momento y aprender más cosas. En palabras de Giussani, debemos convertirnos en discípulos de un maestro».

Para terminar, Savorana resumió las contribuciones de los ponentes en dos puntos principales de la herencia de Giussani: una respuesta al gran problema de la modernidad, que ha separado la fe de la vida cotidiana, y una respuesta a las necesidades del hombre. Giussani, siguiendo a sus profesores en el seminario de Venegono, descubrió a Cristo como esa presencia que corresponde a nuestras necesidades, como un hermoso día, como cuando a uno le impacta la belleza de una catedral, o como la profunda emoción de una persona que se replantea su propia conversión. Además, durante las revueltas estudiantiles de los años 60 y 70, que para Italia supusieron un auténtico cambio social, el pasado, la tradición, la autoridad y la Iglesia fueron descartados en nombre de la autenticidad que los jóvenes estaban buscando. Muchos jóvenes que seguían a Giussani abandonaron la Iglesia. Entonces Giussani comprendió los signos de los tiempos: tradición, autoridad, principios morales y teología no son capaces de mover a las personas. Solo una presencia es capaz de hacerlo, una presencia cargada de mensaje. Giussani decía al grupito de estudiantes confusos que se habían quedado con él: «No podéis pensar en resolver las contradicciones que encontréis en la universidad con vuestras fuerzas, solo podéis comunicar algo que ya estáis viviendo. No intentéis convencer a la gente, estad delante de ellos en la vida diaria, compartiendo la vida con ellos».

«Hace poco estuve en Venezuela», añadió Savorana. «He visto gente pobre en circunstancias muy difíciles. Pero todos vivían este encuentro con una Presencia cargada de propuesta y de significado. Y eso les hace felices, ahora. Vivir esta presencia también es la respuesta en nuestra situación actual».

Redondo dio las gracias a los ponentes y a los músicos, y recordó que entre el público había amigos que venían de muy lejos: Gainesville, Pensacola… Incluso de Argentina. Algunos de los presentes habían hecho un viaje de once horas en coche. Una vez más, lo sucedido esa noche fue un signo de Su sorprendente, inesperada Presencia, que viene a mostrarnos de nuevo que tenemos todo lo necesario para vivir la vida en plenitud.