La presentación de "The Life of Luigi Giussani" en la Georgetown University de Washington

Washington. Don Giussani y la tarea de despertar al mundo

Domingo 10 de marzo, segunda cita en la gira de presentaciones de la biografía del fundador de CL. En la Georgetown University, con Alberto Savorana, el periodista Greg Erlandson y la jurista Helen Alvaré
Vincent Petruccelli

«Entonces, ¿la habéis leído entera?». «Dos veces. La primera en italiano, aunque no lo entendía todo, y luego he vuelto a leerla en inglés». Cuando el tamaño de este libro es lo primero que salta a la vista con la biografía de Luigi Giussani, la respuesta de este amigo a mi pregunta resulta bastante sorprendente. Pero su explicación desvela también la razón de esta empresa aparentemente gigantesca. «Leer esta biografía ha sido como adentrarse en un diálogo constante con don Gius. Era como si él se estuviera dirigiendo a mí directamente, comentando con agudeza todo lo que iba pasando en mi vida».

Los dos ilustres ponentes de la presentación de The Life of Luigi Giussani en Washington se refirieron al grosor del volumen. Según el primero, Greg Erlandson, director del Catholic News Service y famoso periodista, el tomo era como tener «tres kilos de Luigi Giussani» en la mano. La segunda invitada, Helen Alvaré, profesora de derecho en la George Mason University, autora prolífica y católica comprometida, contó de manera brillante varias conversaciones que han nacido de este libro durante sus últimos viajes, puesto que el libro no cabía en su cartera y por tanto se veía obligada a llevarlo bajo el brazo. Pero en ambos casos, a las bromas sobre las dimensiones del libro siguieron palabras de sincero agradecimiento y estupor por el encuentro con la presencia de Giussani gracias a estas páginas.

Margaret Laracy, Greg Erlandson, Helen Alvaré y Alberto Savorana

Erlandson empezó hablando de su encuentro con Giussani, y con el movimiento en general, con motivo del Meeting de Rímini en 1984. Recordaba los nombres de muchos amigos y describió el Meeting como una expresión de «apertura y amistad, compromiso intelectual y coraje cultural», que identifica como algunos de los dones característicos del movimiento. Una impresión similar le causó su encuentro con Giussani en Milán a finales de ese mismo año. Erlandson se detuvo especialmente en una especie de resumen con que Giussani definió en aquella ocasión su propio trabajo y la obra del movimiento de Comunión y Liberación: la misión de «despertar a los que duermen». Según el periodista, este es el desafío que afrontó Giussani y que afronta hoy la Iglesia. «Podemos ser sonámbulos, o bien adultos que toman una decisión con respecto a su fe».

¿Qué es capaz de despertarnos del sueño y hacernos “adultos en la fe”, como reclamaba Giussani casi de manera obsesiva? La tradición y la teoría no bastan. Solo un encuentro con Cristo, con la “fuerza de una presencia”, puede lograrlo. Como testimonia la biografía y como señaló Erlandson. Esa presencia era el centro de la perspectiva de Giussani. «Se vuelve a empezar partiendo de Uno», como dijo Giussani tras el referéndum que legalizó el aborto en Italia. Volver a empezar solo a partir de la presencia de Cristo entre nosotros, porque esto es lo único capaz de generar una fe duradera y una auténtica educación del corazón. Como nota final, Erlandson se detuvo en la extraordinaria capacidad de don Giussani para expresar su pasión por Cristo. «Giussani era un poeta. En estos tiempos de crisis necesitamos santos, sí, pero santos que también sean poetas».



Alvaré habló de cómo el encuentro con Giussani se ha introducido en su lucha personal con la fe y con las grandes preguntas de la vida. Habló de la nueva luz que ha arrojado sobre su vida personal, sobre todo como madre, y también profesional, con 35 años trabajando en una institución religiosa. En su vida como educadora, Giussani la ha retado a ver que la comunicación de la fe no puede partir del orgullo ni del miedo, sino solo de una experiencia personal de Cristo como fuente de la libertad. Una experiencia así, afirmó Alvaré, hace brotar un diálogo permanente, comparando la propuesta del mundo con la propuesta cristiana. En cambio, al hablar de sus años de trabajo con la Conferencia Episcopal Americana, Alvaré mostró su gratitud por haber podido, gracias a este encuentro, focalizarse en la persona también dentro de un contexto burocrático. El tercer punto de su intervención se refirió al «riesgo del moralismo» al hablar de problemas delicados, como el aborto o el divorcio, algo que ha podido verificar a menudo en su trabajo. «Nuestra respuesta ante estas cuestiones no puede limitarse a decir “no, no puedes hacerlo”», señaló. Hay un modo distinto de afrontar los problemas, que ejemplificó recordando con entusiasmo la historia de Giussani cuando se encuentra por casualidad con dos jóvenes que se están besando en la calle. Pillando por sorpresa al chaval con su novia, el sacerdote no se dirigió a ellos para regañarles, sencillamente les preguntó: «Perdonad un momento, pero lo que estáis haciendo, ¿qué tiene que ver con las estrellas?». Esta puede ser la forma de nuestra presencia en el mundo y en la sociedad, continuó Alvaré. Podemos comunicar el hecho de ser «una comunidad que testimonia la plenitud del amor, que es lo que construye verdaderamente la comunidad».

En las observaciones finales, Helen Alvaré habló de la incansable insistencia de Giussani en la obediencia a la Iglesia, a pesar de todas las dificultades y desafíos que esa insistencia podía generar. Estas palabras resultaron especialmente conmovedoras, considerando el clima de crisis y desafío que la Iglesia está llamada a afrontar en estos momentos. Giussani enseñó que «la autoridad forma parte de la estructura de la Iglesia, y forma parte de nuestra vocación vivir la obediencia dentro de un diálogo constante», exactamente como él lo vivió siempre con sus obispos y con el Papa. Significa, sustancialmente, obedecer a la realidad, como destacó la moderadora, Margaret Laracy, citando la reflexión de Alvaré, porque «Cristo está en la realidad, y nos habla a través de signos concretos».

Llegando a la conclusión de su intervención, Alvaré no lograba dejar de hablar de la experiencia que ha vivido trabajando sobre este libro, dándose cuenta de que estaba “sobrepasando” su tiempo, como ella misma observó bromeando. Era solo un pequeño ejemplo de la sobreabundancia testimoniada por ambos ponentes y por Alberto Savorana en su diálogo sobre la vida de don Giussani. Una sobreabundancia que nace del encuentro con un testimonio como el que Giussani sigue ofreciendo a aquellos que lo siguen y a la Iglesia en general. The Life of Luigi Giussani nos sigue permitiendo encontrarnos con este hombre que, comunicando su pasión por Cristo y por el destino de la humanidad, es capaz de «despertar a los que duermen» y ayudarnos en nuestro camino hacia una fe adulta.