Minsk, la catedral del Espíritu Santo

Bielorrusia. La alegría de una amistad que libera

Cuarta edición del Festival Pamiežža en Minsk, promovido por el poeta Dmitry Strotsev. Una propuesta original que nace del encuentro de un grupo de laicos ortodoxos con la experiencia de CL. La crónica de esos días
Luca Fiore

El centro de Minsk parece el de una capital del norte de Europa. Locales de moda, llenos de hípster, que cuesta distinguir de los de Nueva York. Una única diferencia: en vez de hamburguesas se sirven los típicos bliny. El pasado fin de semana las calles del corazón de la capital bielorrusa eran un río de jóvenes que llegaban para el Great Britain Festival. Clima de fiesta en un fin de semana de cielo incierto. Las sombras de una sociedad que todavía no ha salido del todo de la era soviética se esconden a los ojos de los turistas. Pero existen.

Así que no hay que dar para nada por descontado que, por cuarto año consecutivo, en esos mismos días vuelva el “Festival Pamiežža, tierra de confines”. Más discreto, menos llamativo y concurrido que el dedicado a Inglaterra, pero sin duda una manifestación única y a contracorriente en el panorama bielorruso. Lo promueve un grupo de amigos laicos ortodoxos que desean comunicar a todos la cultura nueva que nace de la experiencia cristiana. Dicho así es una rareza en Occidente. Imaginaos en el desierto cultural bielorruso.

El alma del festival es Dmitry Strotsev, poeta y editor que hace algunos años, después de su encuentro con la comunidad de CL de Moscú, dijo: «Quisiera llevar vuestra misma alegría a Minsk, la necesitamos». Pamiežža es un poco “la excusa” para invitar a la ciudad a amigos conocidos en el Meeting de Rímini o en los diversos encuentros de la “Comunidad volante”, la comunidad de ortodoxos y católicos que se reconocen en la experiencia de CL.

Bailes tradicionales bielorrusos en las afueras de Pamiežža

Este año la sede de los encuentros ha sido el Museo de la Historia del Teatro y de la Cultura Musical, que alberga un edificio de 1800, construido como primera sede de la masonería local. Aquí los visitantes son acogidos por la exposición de estampas de Lilia Ratner, que ha realizado dos series de obras dedicadas a la historia del pueblo hebreo. La narración bíblica y las vicisitudes del siglo XX se cruzan, dando lugar a extraños cortocircuitos. Como el de la “Escalera de Jacob”, subida por los prisioneros de un campo de concentración que asumen, a medida que avanzan, semblantes de ángeles.

El primer encuentro estuvo dedicado a la presentación del “primo checo” de Pamiežža, el Meeting Brno. El invitado era su vicepresidente David Macek, que Dmitry conoció con ocasión de un encuentro, buscado por él, con otros organizadores de los festivales herederos del Meeting de Rímini. Evidentemente, Minsk percibe toda la actualidad de la historia de Brno, ligada a la reconciliación entre checos y alemanes tras los sucesos de la Segunda Guerra Mundial. Como en Brno, también en Bielorrusia hay muchas tragedias sepultadas por el olvido de régimen.

A la derecha, Valentina Kuznetsov, biblista moscovita, traductora de la Biblia al ruso contemporáneo

La otra invitada era Valentina Kuznetsov, biblista moscovita que, en los años ochenta, empezó a traducir la Biblia al ruso contemporáneo. Una operación doblemente valerosa, que desafió por un lado al régimen comunista, por otro a la propia Iglesia ortodoxa rusa que, aún hoy, utiliza en la liturgia el eslavo antiguo. Fue su padre espiritual, Alexander Men´, una de las figuras más luminosas de la ortodoxia del siglo XX, muerto mártir al inicio de los años noventa, el que convenció a Valentina para emprender esta aventura. Las sesenta personas reunidas en el Museo escuchan atentamente los “descubrimientos” que la traductora cuenta haber hecho «para mí misma, sobre todo en el encuentro con la lengua de san Pablo».

Por la tarde Pamiežža se trasladó a la “Oficina blanca”, la sede de la casa editorial de Strotsev, donde estaban expuestos los últimos y refinados tapices de otra artista rusa, Marina Bel’kevic. La ocasión es el estreno en primicia del documental En el paraíso terrenal desciende leve la lluvia, de la directora Liuba Bitno, que habla de la generación de nuevos poetas bielorrusos. «La poesía es un espacio de libertad irrenunciable», explica Liuba, «y nosotros debemos mirar a estos chicos. Son una esperanza para nuestro país».

El público de Pamiežža durante uno de los encuentros

La segunda jornada del festival se abre con el relato de la exposición “El pasaje de Eneas. Artistas de hoy de tú a tú con el pasado”, inaugurada en la última edición del Meeting de Rímini. Strotsev la presenta como una ocasión para entender qué significa mirar al arte contemporáneo, que normalmente asociamos a la idea de escándalo y provocación iconoclasta, con los ojos de la experiencia cristiana. Por la pantalla pasan las imágenes de obras de Andy Warhol, Emilio Isgrò, Wim Wenders. Al final del encuentro se presenta en el hall del museo una pequeña muestra de obras de Vanya Pindrick, un joven artista autista que llena hojas con coloridos animales, cargados de esa fuerza típica de quien no pierde la inocencia.

En un continuum que mezcla la alta cultura con el compromiso social, siguieron los testimonios de Letizia y Katia, profesores de la Oliver Twist de Como, la escuela ligada a Cometa, y de los chicos de la “Casa volante”, la experiencia de acompañamiento a jóvenes huérfanos minusválidos nacida de la caritativa de los cielinos de Jarkov. Katia, nacida en Minsk, da clase en Como desde hace tres años. El mes pasado la invitaron para hacer de intérprete de Erasmo Figini, fundador de Cometa, invitado al DanteFest que se celebra en Jarkov. Durante tres días asistió al diálogo de Erasmo con los chicos de la comunidad de CL en Ucrania. Quedó conquistada por una energía inesperada y, cuando le dijeron que también en su Minsk había algo parecido, no se lo pensó dos veces y compró los billetes de avión para ella y su colega Letizia. Invitó a Pamiežža a su hermana y a su padre, para presentarles a sus nuevos amigos. Ella era quizá la que estaba más contenta estos días: ha encontrado una casa en su casa.


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