Un momento de la presentación (Foto Fausto Ferioli)

Giussani-Niebuhr. Pensamiento generativo, auténtica filiación

La tesis doctoral del fundador de CL se ha presentado en la Universidad Católica de Milán, entre otros, con el arzobispo Mario Delpini y el rector emérito, Lorenzo Ornaghi
Maurizio Crippa

El primer “episodio” que Enrico Castagna, rector del Seminario Arzobispal de Milán, recuerda como una sugerencia para comprender la apertura ecuménica y la pasión por la unidad de la Iglesia que se respiraba en Venegono se remonta a los años 40, cuando «el joven seminarista Giussani presidía uno de los grupos de interés, San Josafat pro unidad de la Iglesia», donde ya «se percibía el interés y deseo de abrazar y valorar las riquezas del mundo protestante y ortodoxo». Otro “episodio” se refiere al «carácter experimentable de la encarnación». Castagna recuerda «la famosa carrera con Enrico Manfredini» por la escalera que lleva a la capilla. Ese día Manfredini detiene a Giussani diciendo: «Que Dios se haya hecho hombre es una cosa del otro mundo». Giussani lo completa: «En este mundo. Una cosa del otro mundo que vive en este mundo».

El rector de Venegono no estuvo físicamente presente en el encuentro del 11 de junio en el Aula Pío XI de la Universidad Católica de Milán para presentar El sentido cristiano del hombre según Reinhold Niebuhr, la tesis doctoral de Teología de don Giussani inédita hasta ahora y publicada por Monica Scholz-Zappa con San Pablo. Justo ahora se cumplen 70 años, el 23 de junio de 1954. Pero en la carta enviada por el rector, así como en la intervención de los ponentes, empezando por el arzobispo de Milán, Mario Delpini, el espíritu y la importancia del seminario de Venegono para Giussani y para toda la Iglesia resultan evidentes. Según Castagna, la publicación de su tesis es una forma de «corresponder a la gratitud de Giussani por “su” y nuestro seminario. Si hoy hombres y mujeres de todos los continentes conocen el seminario de Venegono se debe también a su recuerdo agradecido».

El arzobispo de Milán, Mario Delpini, con el presidente de la Fraternidad de CL, Davide Prosperi (Foto Fausto Ferioli)

La Universidad Católica es otro lugar decisivo, muy cercano a la Basílica de San Ambrosio. El presidente de la Fraternidad de CL, Davide Prosperi, lo señaló agradeciendo a monseñor Delpini que «hace unas semanas celebró allí la apertura de la fase testimonial en el proceso de beatificación de don Giussani». Del prólogo del libro escrito por el arzobispo, Prosperi destacó cómo Delpini define la tesis de Giussani como «una empresa valiente y oportuna», donde ya se delinea el recorrido de su pensamiento y experiencia en el futuro. La importancia de este libro no solo reside en su interés teológico, extremadamente actual y «de alto nivel científico, en ciertos aspectos de vanguardia». Pero además, señala Monica Scholz-Zappa, ofrece la posibilidad de «identificarse con un inicio perenne», en el pensamiento generativo de don Giussani, que nace precisamente de su filiación hacia sus maestros de Venegono, como recuerda tantas veces.

Dice Delpini con su amable ironía que «el género literario de la “tesis doctoral” no resulta muy simpático», pero esta «valiente empresa» no solo envuelve una forma académica. Tanto por la personalidad del gran teólogo protestante, poderosa voz del debate público estadounidense y protagonista de una realista reflexión «ante la perspectiva del dolor y el sufrimiento social», como porque el trabajo de Giussani responde al típico «espíritu de Venegono», un lugar donde sabemos que siempre «se puede emprender la aventura del conocimiento de otros credos, no porque nos sintamos perdidos y busquemos otra cosa, sino porque se goza de una persuasión tan arraigada en la propia fe que, partiendo de ella, también se puede encontrar con otras experiencias».

En primer plano, Lorenzo Ornaghi, con el periodista Alessandro Zaccuri y la autora Monica Scholz-Zappa

El rector emérito de la Católica, Lorenzo Ornaghi, fue el encargado de contextualizar la figura de Reinhold Niebuhr (1892-1971), hijo de un pastor, criado en la Detroit de las grandes fábricas, donde se topa con el sufrimiento social y tiene la posibilidad de confrontar el contenido de la fe con la realidad histórica y política. Según Ornaghi, en el pensamiento de Niebuhr es crucial la relación entre verdad y política. Su primer gran texto se titula El hombre moral y la sociedad inmoral. Para él es muy importante la categoría de «realismo», crucial también en Giussani, que Niebuhr valora como forma concreta de afrontar el papel del cristianismo en la sociedad. Según Scholz-Zappa, «nos enfrentamos a un diálogo valiente que Giussani entabla hace 70 años con Niebuhr, al que define como “el mayor pensador de América en los años 30 y 40”».

Lo primero que hay que destacar es su «empatía con Niebuhr» respecto a la aguda descripción que hace el teólogo americano de «la dramática condición estructural que vive el hombre, su ser finito e infinito, límite y aspiración continua a ir más allá». Ese es uno de los rasgos más auténticos del pensamiento protestante, que Giussani interpreta «como búsqueda de “sentido”, palabra que será capital en su pensamiento». La autora señala que, muchos años antes de la publicación de El sentido religioso, Giussani ya usa aquí esa expresión. «Esta experiencia bivalente… es como el embrión del sentido religioso».

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Además de esta empatía, también hay espacio para el juicio crítico, que indica la distinta interpretación de la naturaleza del cristianismo, entre la fe católica y su “reducción” protestante. Siguiendo una aguda lectura, que Giussani desarrollará como juicio teológico y método educativo, el protestantismo «sustituye la certeza ontológica por una experiencia psicológica». Una reducción por la que «el Verbo se manifiesta en la carne, pero no se hace carne». De ahí deriva una conciencia completamente distinta de la Iglesia, que para Niebuhr se reduce a una «comunidad de creyentes contritos», mientras que para los católicos «la Iglesia es Cristo redentor que conquista el tiempo y el espacio», de modo que el «acontecimiento redentor, absolutamente único, se convierte en el gran factor de la historia».

Es extraordinario pensar que el joven teólogo, en una tesis doctoral, tenga esta capacidad para juzgar la experiencia cristiana partiendo de una experiencia viva de auténtica filiación, como señalaron todos los ponentes, valorando el vínculo directo entre el recorrido hecho en Venegono y el que vendrá después. En esa tesis, aprobada magna cum laude ya están presentes un temperamento y un método. Las dos copias originales se conservan una en el archivo de Venegono y otra en el de la Fraternidad. Doble gratitud.