El concierto en el Teatro de la Ópera de Jarkov

DANTEFEST. Cuando cultura y caridad caminan juntos

La sexta edición del festival sociocultural de Jarkov, Ucrania. Un mes de encuentros donde acción social y búsqueda de la belleza tienden hacia el mismo destino
Marina Lorusso

Salida: Milán Malpensa, destino: DanteFest en Jarkov, Ucrania. La sexta edición de este evento socio-cultural promovido por la ONG Emaús y por el Centro de cultura europea Dante llevaba por lema “Porque los otros son el paraíso”, cita del poeta ucraniano Taras Prohasko, retomando la famosa afirmación de Jean-Paul Sartre: “El infierno son los otros”.

Íbamos desde Milán, Brescia y Pesaro, cada uno con su bagaje y respondiendo a la invitación de nuestros amigos ucranianos: «Ven a ver».
El primer momento ofrecido a los invitados italianos fue una visita a la ciudad, guiada por el profesor de Filosofía de la Universidad de Jarkov Aleksander Savchook, que nos explicaba el arte y la historia de un país herido. Empezamos en la Plaza de la Libertad, entre las más grandes de Europa, donde se asoman los imponentes palacios de la universidad. Nos enseñó fotos de archivo donde se percibía claramente la desproporción entre los edificios y las personas, casi como si su mensaje fuera: tú eres nada, eres solo un "pequeño tornillo" en un gran engranaje, que es el imperio soviético.

El encuentro con Aleksander Filonenko y Silvio Cattarina

Una experiencia totalmente distinta, en cambio, la que nos contaron Lena, Ira, Lena, Tania, Dasha y Julia, las chicas de la Casa volante, centro de adaptación e integración para jóvenes con discapacidad, nacida en 2013 gracias a la iniciativa de Emaús. «Nuestra casa está siempre llena de gente», nos contaba Tania. «Porque queremos acoger igual que nos han acogido a nosotras». De una en una, las chicas iban contando su vida, sus avances en los estudios y sus sueños para el futuro. No tienen miedo a desear, porque saben que tienen grandes amigos.

Miedo, imprevisto, deseo y esperanza fueron los temas del encuentro inaugural del Dantefest, partiendo del lema. Los ponentes fueron Silvio Cattarina, fundador de la comunidad L'Imprevisto de Pesaro, y Alexander Filonenko, filósofo y teólogo de la Universidad de Jarkov. Moderaba el acto Aleksei Sigov, de la editorial Duch i Litera en Kiev.
El mundo quiere que pensemos que estamos solos, apuntó Cattarina, y que no es posible quererse. Es una especie de "nuevo paganismo". «La base de mi método es el imprevisto», prosiguió. «Cuando empecé a entender el misterio del imprevisto, empecé a entender mi corazón. Entendí que el más pobre y necesitado soy yo, que debo pedir un imprevisto para mi vida». Desde ese momento, empezó a pedir a todo el mundo, a su mujer, a sus hijos, a los amigos, a los chavales de la comunidad de recuperación, que le ayudaran a buscar si existía algo o alguien que pudiera responder a toda la exigencia de su corazón. Son palabras que repetiría, en los siguientes días, a 35 educadores que acudieron desde Jarkov y Kiev para participar en un seminario, promovido por Emaús, sobre la integración social de personas con discapacidad. Es la introducción de un nuevo método, que valora el deseo de la persona. «Estamos hechos para amar a todo el mundo, no solo a una persona. ¡Sería demasiado poco! Toda nuestra vida tiene que tender a este grito. La cuestión es amar la vida».

El amor es la experiencia en la que hizo hincapié Julia Krahn, una de los artistas que participaron en la exposición "El paso de Eneas. Artistas de hoy cara a cara con el pasado. Entorno ucraniano", elaboración del proyecto que ya presentó la Casa Testori en el Meeting de Rímini 2017 y que aquí se instaló en el Yermilov Centre, el principal espacio de arte contemporáneo en la ciudad. «En la obra Madre e hija, presente en esta exposición, se hace evidente el hilo conductor que une mis trabajos: las preguntas sobre la maternidad, lo sagrado y el significado del amor», explicó Krahn. «Empecé a fotografiarme a mí misma porque tenía una necesidad inmensa de que me comprendieran. Existimos, pero si no podemos comunicarnos con el mundo desaparecemos. Nos sentimos solos y perdidos».

Visita a la ''Casa volante''

La exposición, nos cuentan, ha supuesto un verdadero acontecimiento en la ciudad. Y ha "expandido" los tiempos del DanteFest, que de un solo fin de semana los años pasados ahora dura un mes entero desde la apertura de "El paso de Eneas". En las dos primeras semanas, la exposición tuvo aproximadamente tres mil visitantes, atrayendo la atención de la prensa local y nacional. Luego, a lo largo de todo el mes, se han organizado actos continuamente con artistas ucranianos que se han sumado al proyecto, como Pavlo Makov, Nikolai Kolomiets, Vladislav Krasnoshchok y Eugeni Nikiforov. El tema, y la imagen, es la del héroe de Troya que lleva encima de su hombros a su padre, Anquises, es la relación del hombre contemporáneo con su pasado cultural, artístico y personal. Un elemento conflictivo, decían, para la sociedad ucraniana. Hay quien desearía dar la espalda al pasado rompiendo con una determinada tradición y quien, de forma casi irresistible, no puede evitar mirarlo. Basándose en el número y en la edad media de los visitantes, parece que de verdad la ciudad estuviese esperando un evento como este.

Giovanni Frangi (en el medio) y Julia Krahn (a la derecha)

Amor, acogida, amistad. Son las palabras pronunciadas por Lena Kuts, una de las chicas de la Casa Volante, delante de los ochocientos espectadores del Teatro de la Ópera, antes del concierto de la Orquesta y Coro del Teatro Sinfónico de Jarkov, con el que Lourdes Martínez y Amor Pérez, del Coro de la Scala de Milán, interpretaron el Gloria de Antonio Vivaldi. «Emaús ha hecho mucho por mí, por nosotras, estos años. Es una compañía con la que comparto la vida. Para mí, Emaús se ha convertido en estos "otros" que son el paraíso», afirmó Lena. «Son la posibilidad de ser objeto de una mirada increíble».

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Era el inicio de respuesta al deseo del que hablaba Cattarina. Y que impregna la búsqueda artística del pintor milanés Giovanni Frangi, que también estuvo en Jarkov para presentar la exposición “El paso de Eneas”. «Siempre me he centrado en representar la naturaleza, porque la relación con ella nos obliga a rendir cuentas con las cuestiones más profundas que atañen a nuestro destino. Pensad en un artista como Paul Gauguin, que parece haber huido del mundo en busca de una naturaleza no contaminada. No obstante, el título de uno de sus cuadros más famosos es: D’où venons-nous? Que sommes-nous? Où allons-nous? ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?».

Inauguración de la exposición ''El paso de Eneas'' en el Yermilov Centre

Giuseppe Frangi, presidente de la Casa Testori, al intervenir en la presentación de la exposición, a cargo de Boris Filonenko y Luca Fiore, quiso poner en relación dos dimensiones fundamentales de la actividad de Emaús: la cultura y la caridad. «Ambas tienen que ver con la belleza», explicó Frangi. «En la historia del arte, ¿cuántas obras han nacido gracias a compradores que venían de experiencias de caridad? Muchísimas. Y lo mismo sucede aquí. De la obra de Emaús nace la exigencia de una exposición sobre la relación con el pasado. En esto veo la posibilidad de relacionar el arte, la cultura, con el verdadero sentido de la vida».