Encuentro sobre educación en Loano.

Cuando la educación está llena de esperanza

En el Pre Meeting de Loano, un diálogo entre Pigi Banna y el escritor Eraldo Affinati sobre la relación con los alumnos, con todas las dificultades y novedades que ha traído la pandemia
Francesca Gargantini

La educación ha sido uno de los temas centrales de este año por todas las novedades y dificultades que la pandemia ha traído consigo a la hora de relacionarse con los alumnos. Como profesor, he visto surgir en mí y en mis compañeros un montón de preguntas: cómo ayudar a una alumna que abandonaba el estudio, cómo trabajar con una clase a la que le cuesta seguir la materia, incluso cómo poder testimoniar que el gran deseo de totalidad que sienten tiene sentido y se puede cumplir.

En el Pre Meeting de Loano hubo un diálogo entre Pigi Banna, profesor del Seminario de Venegono y la Universidad Católica de Milán, y Eraldo Affinati, escritor y fundador de la escuela Penny Wirton para adolescentes inmigrantes, titulado “Educación, el coraje de decir yo”. Fue como aire fresco en estas noches de verano, que nada más sentirlo te das cuenta de lo necesario que es.



El punto de partida fueron varias preguntas. ¿Quién te permite conocerte de verdad a ti mismo? ¿Qué hace posible que un adulto arriesgue y se posicione ante los chavales? Insistieron en que querer implicar encarnar todo lo grande, bello y libre que ha vivido todo educador, significa captar el impulso oculto de esos deseos que nos caracterizan, mostrar la linfa de la vida que ya está en los frutos que los propios alumnos ven, en lo que experimentan.

Lo único que esperan los jóvenes es que alguien esté dispuesto a conversar libremente con ellos, alguien que tome en serio todas sus preguntas. Así lo mostró Affinati contando un hecho sorprendente. Un estudiante bengalí de la Penny Wirton entra en una parroquia que hay al lado de la escuela, ve un crucifijo y se queda tan fascinado que le pregunta a la mujer de Affinati quién es Jesús, si era guapo y si las mujeres le querían. Ella le cuenta entonces el episodio de la mujer adúltera. «Siendo testigo de aquel diálogo, me quedé asombrado y conmovido por la intensidad con que aquel chico escuchaba», recuerda Affinati.

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Banna señaló que no hay situación que no se pueda afrontar. Cuando un catequista le dijo que quería dejarlo, él le contestó: «Yo veo lo mismo que tú, entiendo por qué te dan ganas de irte, pero también veo algo más, y quiero que estés conmigo para vivir todo esto, que me ayudes y acompañes». Como señaló al final Affinati, «basta ver brillar los ojos de los chavales para darte cuenta de quién es un verdadero maestro». Y como decía Pigi, «la educación está llena de esperanza mientras haya un adulto que vibre y comunique la verdad de sí mismo».