Colum McCann (Foto Meeting Rimini)

Buscador incansable de lo esencial

Colum McCann, un escritor en busca de historias, como la del israelí Rami y el palestino Bassam, que «nos ayudan a encender una luz en la oscuridad de las contradicciones»
Alessandro Banfi

Conocer en persona a Colum McCann y pasar un tiempo con él ha sido una suerte inmensa. Rara vez se presentan oportunidades así con los autores de esos libros que te cautivan totalmente y que ofrecen algo más que una lectura interesante o placentera. Admitidlo, cuántas veces habréis soñado con poder hablar con Primo Levi, Manzoni, Charles Péguy, Thomas Stern Eliot o Alejandro Dumas… Por no hablar de Dante o Virgilio. Pues bien, lo primero que me llevo de McCann a casa después del Meeting de Rímini es que el extraño título de su libro sobre dos padres, el israelí Rami y el palestino Bassam, que se hacen amigos compartiendo el dolor por la muerte de sus hijas, se refiere a su visión del mundo y de la historia, Apeirogon, una extraña palabra que significa «polígono con un número infinito de lados». Lo que más le gusta a Colum no es hablar de literatura, autores, editoriales. Él ama la realidad, lo que le interesa es la realidad, de un modo casi voraz, totalizante, variopinto y diferente. Su encuentro con el Meeting ha sido un “clash”, un encuentro casi traumático con todas las historias, realidades y circunstancias con las que se topaba, desde las exposiciones hasta los voluntarios. Realidades que son como una emergencia, una manifestación, una epifanía de lo humano. Apeirogonally, como solía poner en las dedicatorias de los libros que ha firmado en Rímini. Para él la vida está hecha de muchos lados y matices, y hay que abrazarlos todos. Su sed de lo humano en cada historia, por bella o dura que sea, de dolor o felicidad, de muerte o resurrección, lo atormenta y nunca le deja tranquilo. Colum es un irlandés con educación católica, ahora neoyorquino casado con Allison, sobrina de Antonio Ferri, un ingeniero italiano con una historia increíble. Actualmente, ella se dedica a enseñar inglés a extranjeros en Manhattan.

LEE TAMBIÉN – Sister Zeph: «Educar es responsabilidad de todos, juntos»

Me preguntaba de dónde vendría esa mirada de Colum hacia la realidad, que ama tanto la pluralidad de expresiones de lo humano. Una mirada amable y compasiva hacia los hombres y mujeres de los que habla, nunca displicente ni altiva. McCann suele repetir que tal vez no logremos llegar a amar y perdonar, pero al menos debemos esforzarnos por comprender. «Ni siquiera hace falta caerse bien, aunque ojalá fuera posible. Pero debemos entendernos. Porque si no nos entendemos, será un gran problema». Cuando me dijo esto, le pregunté si esta actitud no sería fruto de su historia irlandesa, de su tradición católica. Me respondió: honestamente, no lo sé. La pregunta sigue abierta, pero ofrece un punto firme de conciencia.



La tercera idea que me ha transmitido Colum McCann es que la escritura puede ser reparadora. Estamos ante un escritor que se ha dado cuenta de que puede hacer el bien escribiendo. Escribiendo y enseñando a escribir, enseñando «la compasión», declara abiertamente. Por eso dedica su tiempo a Narrative 4, una asociación presente en varios países que acoge a estudiantes con historias que contar, y les da voz. «Narrative 4 ofrece a los educadores herramientas creativas para enseñar la compasión y formar líderes», para crear «una red global de artífices del cambio». Ante miles de personas, en el encuentro del Meeting en el que participó, afirmó que «las historias nos ayudan a encender una luz en la oscuridad de las contradicciones. En Gaza, en Israel y en todo el mundo. Debemos romper los esquemas y buscar hombres y mujeres en todas partes, en todas las facetas de la vida». Un buscador incansable de lo esencial en un Meeting ideal para él.