Presentación de "El sentido religioso" en Túnez

Túnez. Un trabajo sobre el misterio de la propia vida

Presentación de “El sentido religioso” con los musulmanes Wael Farouq, profesor egipcio, y Hatem Bourial, periodista tunecino
Ambrogio Pisoni

Túnez, sábado 7 de octubre de 2023, 10:30 horas. Sala de la Biblioteca Diocesana en el corazón de la Medina, en el casco antiguo de la capital tunecina. Es la presentación de El sentido religioso de don Giussani, disponible en francés y árabe. Lentamente la sala se va llenando.

En primer fila el obispo, monseñor Ilario Antoniazzi, acompañado de su vicario. Varios sacerdotes y religiosas, y muchos laicos de todas las edades. Han acudido unos quince musulmanes. En total, unas setenta personas. Monseñor Ilario nos dirá después que nunca había visto esta sala tan llena, pues él participa aquí a menudo en eventos culturales. De hecho, hubo que ir a buscar sillas.

El origen de este gesto está en la pequeña comunidad de CL en Túnez: cinco amigas que viven en una casa de Memores Domini y que trabajan en varios puestos al servicio de la diócesis, más dos padres de familia italianos que llevan tiempo viviendo allí. Se empieza a las 10:45h. Olivia presenta el encuentro, que sigue a otro parecido que se celebró en la catedral el pasado mes de febrero con motivo del centenario del nacimiento de don Giussani.

El primero en intervenir es el profesor Wael Farouq, egipcio, musulmán, profesor de lengua y cultura árabes en la Universidad Católica de Milán. Se conecta desde allí. Con su habitual y fascinante agudeza, recuerda su encuentro con un joven estudiante italiano que estaba en El Cairo estudiando árabe y que le regaló un ejemplar de este libro de don Giussani. Ese fue el inicio de un camino inesperado que dio paso a continuos descubrimientos personales con implicaciones culturales que fueron abriéndose paso con pistas cada vez más interesantes, como la que le llevó a volver a darle significado a la compleja historia del islam y sobre todo a la dramática relación entre tradición y modernidad.

Luego fue el turno de Hatem Bourial, tunecino, musulmán, escritor y periodista que tuve la oportunidad de conocer el pasado mes de febrero. Leyó el libro con gran atención e interés. Describió su camino identificando su relación con el nombre del movimiento que nació de don Giussani: ser en el mundo una unidad formada por personas diversas con una experiencia de liberación, llegando a afirmar: «Podríamos decir que es obra del Espíritu Santo».

Al que suscribe le tocaron las palabras finales, donde me limité a señalar el desafío que supone la provocación de don Giussani, dirigida al hombre de todos los tiempos. La única condición es el deseo de tomar en serio la propia vida, la propia humanidad irreductible, la inexorabilidad del corazón habitado por el deseo del propio cumplimiento infinito.

LEE TAMBIÉN – Pizzaballa: «No a la violencia. Rezamos por la paz»

Un desafío que Olivia relanzó a los presentes durante la conclusión: «Quien lo desee puede empezar a hacer este trabajo con nuestros amigos». Un trabajo sobre el Misterio de la propia vida, ese trabajo “extraño” cuyo inicio conocemos pero del que desconocemos el resultado. Como anunciaba Hatem: aquí juega su parte el Espíritu Santo.