«¿Cómo va a dormir uno después de saber algo así?». José, el carpintero de Nazaret, después de saber lo que le había pasado a su futura esposa vuelve a soñar. Y a su sueño acude el arcángel Gabriel para tranquilizarle: «No tengas miedo a casarte con María». Luca Doninelli se pregunta ahora cómo puede conciliar el sueño un hombre después de enfrentarse a lo que entonces podía parecer el peor de los escándalos. Y de esa pregunta nace El sueño de José, pieza teatral que se representa en el Meeting este sábado 21 de agosto a las 21:30 horas. El encargado de interpretar al padre putativo de Jesús, al que el papa Francisco ha dedicado un año santo y la carta apostólica Patris Corde, es Maurizio Donadoni, acompañado por la guitarra de Walter Muto y el violín de Carlo Lazzaroni.

«Como otros textos de tema religioso que he escrito antes –el monólogo de Judas, de san Juan, los “enemigos” de Jesús, Caifás, Herodes y Pilatos–, este año también ha surgido en el marco del Festival Desidera, dirigido por Gabriele Allevi», explica Doninelli. «Hacía muchísimo tiempo que quería escribir sobre esta figura que me encanta. Yo también, como el Papa, tengo en casa la imagen de san José durmiente. Así que partí de esta pregunta, pero también del asombro por que aceptara un papel tan difícil, pues su “sí” fue casi como el de María». Para el escritor milanés, el esposo de la Virgen es una figura que representa, en cierto sentido, el culmen de la historia del pueblo de Israel que comienza con Abrahán. «Como si toda la historia del pueblo elegido fuera una preparación para su “sí” y el de María».

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Pero el ímpetu narrativo del que parte esta pieza teatral de Doninelli nace de pensar en José cómo un hombre del pueblo, sencillo, de pocas palabras, incapaz de contar su historia en público. De modo que Dios mismo pide al arcángel Gabriel que se dirija a los espectadores en lugar del carpintero. «El ángel está impactado por este hombre. Nos muestra que el asombro del eterno ante un gesto humano que acoge el designio de Dios. Un ser celestial no tiene experiencia de libertad humana y se maravilla ante cosas increíbles que el yo es capaz de hacer dentro de una relación de confianza sencilla con Dios. El hecho de que ese hombre tan sencillo conciliara el sueño es un gran milagro».
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