"¿Quién nos separará?"

Las palabras de Irene Renart durante el entierro de su marido, nuestro querido amigo Mikel Azurmendi
Irene Renart

“¿Quién nos separará? Nada ni nadie”. Eras mi sol, mi alegría, mi coraje, mi firmeza, mi todo. Digo eras, porque hoy digo, eres casi, mi todo. Y ese casi lo cambia todo. El uno en el otro encontramos el signo de un amor más grande, el sol verdadero y la alegría verdadera, juntos encontramos la dirección hacia la vida buena que tanto, tanto, buscábamos. El Señor por fin, apiadándose de nosotros nos vino a buscar y nos indicó el camino de la mano de sus testigos en la tierra. “¿Quién nos separará de su infinito amor? Nada ni nadie”. Estabas preparado para este momento; aunque siempre quedan algunos flecos pendientes, perdones que pedir, hoy los pido delante de todos en tu nombre porque sé que era tu voluntad.

Este camino que iniciamos de la mano nos enseñó un nuevo modo de mirar todo. En ese mismo camino encuentras a otros peregrinos, con su ejemplo, conviviendo con ellos vas aprendiendo a pedir perdón, a perdonar, a ser más agradecido, el corazón de piedra se va volviendo de carne. De ti el Señor solo te pide el acto de libertad y coraje, cuando tú quieras, cuando tú lo veas, de abrir la escotilla y dejarle entrar, Él nunca, nunca, se cansa de llamar a tu puerta.

Hemos visto a nuestros amigos cristianos dar gracias al Señor incluso en circunstancias muy difíciles. Hoy, la tempestad ha arreciado mucho, mucho, pero el Señor está en nuestra barca, nada temo. Hoy me atrevo a decir, en medio de este dolor, del que todavía ni siquiera soy consciente del todo, gracias, gracias Señor, por todo lo que me has dado, gracias por venir a rescatarnos, gracias por darme a Mikel como signo de tu Amor, gracias por estos casi seis años de felicidad. Nuestro matrimonio lo ha sido, por nuestro mutuo acompañamiento a nuestro destino, por ir de la mano a descubrir nuestra vocación hacia Ti.
Sigue leyendo en Páginas Digital