Foto Avsi

México. Salvados de la “Bestia”

Hacinados en un tren de mercancías que corre hacia el norte, huyendo de la violencia en sus países de origen, miles de menores de América central y del sur quedan bloqueados en la frontera con Estados Unidos
Davide Grammatica

La Bestia sale todos los días de Chiapas, en la zona meridional de México, y recorre casi cuatro mil kilómetros hasta tocar el límite con Estados Unidos, en la frontera de Tijuana. Así llaman al tren de mercancías del que se cuelgan miles de migrantes de toda Sudamérica. Traquetea lento, tarda casi seis días en llegar a su destino. Algunos recorren varios kilómetros a pie por las vías hasta que ve llegar el tren. Luego, de un salto, intentan subirse a los estrechos espacios que hay entre los vagones, cerrados con candados. Otros se agarran al techo y viajan expuestos a la intemperie y a la acción de bandidos, traficantes y organizaciones criminales.

Entre estos indocumentados, durante los últimos años hay cada vez más adolescentes y niños que empiezan su viaje por el riesgo de abusos e injusticias. Datos de ACNUR dicen que casi el 50% de las chicas y chicos centroamericanos emigra de su país huyendo de la violencia.

Con estos menores trabaja el proyecto “Inclusión digna” de AVSI, cuyo objetivo es defender los derechos de estos pequeños migrantes y sensibilizar a la sociedad civil mexicana sobre este tema.



Uno de ellos se llama Richi, es un hondureño de 17 años. Para él, México ya no es un lugar de tránsito en su ruta migratoria. Ahora su casa está en el “FM4 Paso Libre” de Guadalajara, en el corazón del país, un centro de acogida que, como tantos otros durante los últimos años, ha tenido que abordar situaciones que requieren la permanencia de niños allí durante seis u ocho meses. Richi acabó en la “caravana de migrantes” leyendo mensajes en las redes sociales que publicaban los organizadores que promueven estas migraciones colectivas desde América central. Una red enorme que se ha ampliado en un tiempo muy breve. Muestra de ello es que uno de sus primeros trenes, en octubre de 2018, transportó a unas siete mil personas.

Con “Inclusión digna”, AVSI trata de poner en marcha otro centro dedicado a estos menores y apoyar así la red de acogida que ya existe, así como la formación de los trabajadores que trabajan aquí. Además, propone un modelo alternativo de asistencia para estos jóvenes, que implique a las comunidades locales con campañas de información y sensibilización. «Un componente importante de nuestro proyecto es el de dar a conocer en las escuelas, en la sociedad civil y en la opinión pública las situaciones que viven estos chicos, que llegan principalmente de Honduras, El Salvador y Guatemala», declara Rossana Stanchi, responsable de AVSI en México. «Huyen de los países más violentos del mundo y ahora están solos. Sin la acogida de una comunidad sería imposible imaginar un proceso de integración digno para ellos».

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Aparte de garantizar una estructura para estos chavales, el proyecto pretende establecer nuevas relaciones entre las instituciones públicas y el sector privado, tanto a nivel nacional como internacional. Su objetivo es la elaboración de protocolos que garanticen la tutela de sus derechos. De momento, casi quinientos chicos y chicas de varias edades participan ya en estos programas educativos, recreativos y de integración comunitaria, con una atención específica al tema de la alimentación y la salud psicosocial gracias también a la implicación de “Crecemos Dijo”, socio histórico local de AVSI que siempre se ha comprometido en la lucha contra la malnutrición y el abandono escolar.