Foto: Aldo Gianfrate/Fundación AVSI

AVSI. La cercanía no se mide con un metro

Lanzamiento de la campaña que este año apoyará seis proyectos en todo el mundo. «Velar por la seguridad no significa dejar de sorprendernos por la necesidad del otro». Como sucede en los hospitales sirios
Maria Acqua Simi

El sábado 17 de octubre se presentó la nueva campaña Tende de la Fundación AVSI, titulada “Amplía la mirada. La esperanza al lado del necesitado”, que este año se centrará en proyectos que tienen lugar en Siria (Damasco y Alepo), Burundi (Buyumbura), Camerún (Yaoundé), México (Oaxaca y Jalisco), Italia (Cesena, Milán, Vicenza) y Líbano (Marjayoun).

Seis proyectos muy diferentes entre sí, pero todos comparten el intento de apoyar la iniciativa de la gente en un contexto donde la tendencia es al aislamiento. Desde hace meses, la pandemia nos ha acostumbrado a llamamientos a la distancia social que, a la larga, corren el riesgo de meterse en nuestra piel y generar en nosotros una cerrazón ante el mundo y ante el que tenemos al lado. Para AVSI, como afirman en el documento publicado con motivo del lanzamiento de la campaña, hay que velar «por la seguridad, nuestra y de los demás, pero sin dejar de mantener nuestra mirada levantada y abierta para dejarnos sorprender, para abrazar la realidad en toda su riqueza. Solo ampliando nuestra mirada, abiertos a la sorpresa, podremos interceptar la necesidad del que tenemos al lado».

“Al lado” es la palabra clave en torno a la que gira toda su propuesta de este año. «Esta palabra expresa la idea de una proximidad respetuosa, pero resistente», afirman desde AVSI. «No se puede medir con un metro porque consiste en una relación nueva. Su consistencia reside en la relación personal que se establece entre un yo y un tú, ya sean personas que viven en la misma ciudad o en rincones opuestos del planeta, porque este tipo de proximidad siempre es posible».



Proyecto “Hospitales abiertos”
Entre los proyectos sostenidos con la campaña de este año está el de “Hospitales abiertos” en Siria. La guerra, la emergencia del Covid y la crisis económica –agudizada por la crisis libanesa y los embargos internacionales– son solo algunas de las plagas que sufren los civiles sirios. Como respuesta concreta a las necesidades de la población, gracias a la iniciativa del cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Siria, y al apoyo del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo humano integral, hace cuatro años se hizo posible abrir las puertas de tres hospitales (el Hospital italiano y el Hospital francés en Damasco; y el Hospital St. Louis en Alepo) para atender a miles de pacientes pobres que de otro modo no podrían ser atendidos. Por el momento, son más de diez mil las personas que han recibido gratuitamente la atención necesaria.

«La situación es realmente dramática, el virus también ha llegado aquí, aunque más tarde que a Europa», cuenta Flavia Chevallard, representante de AVSI en el país. «Los hospitales están equipados para que los enfermos puedan acceder a las plantas con total seguridad, pues la guerra no evita que sigan avanzando las enfermedades más comunes y también las más graves». Pero, según Chevallard, la pobreza sigue siendo el verdadero enemigo de la gente. «En Damasco ni siquiera conseguimos encontrar carne de pollo. Cada vez más a menudo encontramos por la calle personas ancianas pidiendo dinero para las medicinas que aparecen en las recetas que muestran a la gente. Conozco a una mujer de 65 años, enferma, que trabaja en un negocio día y noche, y aun así no consigue pagar su tratamiento. Ha acudido a nosotros para que la ayudáramos a pagar las visitas y análisis que necesita. La suya es una situación de fragilidad que sufren muchos ancianos que se han quedado solos durante la guerra».

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Flavia también recuerda a una madre con un niño que pasó un día por el Hospital italiano de Damasco para saludar a las trabajadoras sociales. «Esta mujer tenía un hijo enfermo de cáncer, y cada vez que le ingresaban para el tratamiento, el proyecto de AVSI cubría los gastos. Volvió para dar las gracias. Porque se genera una relación con el equipo. Aunque no había que darlo por descontado, pero volvió. Esta es su mayor alegría».