La exposición virtual sobre el K2

Exposiciones. Vacunados contra la duda

La osadía del asombro, entre las preguntas de Giussani y una expedición a ocho mil metros de altura. Las cuatro exposiciones del Meeting y la manera de verlas, presencial o digital
Alessandra Stoppa

Lo inesperado moldea el rostro de quien lo ve, ante el imprevisto la cara se ilumina de sorpresa. «Pero de lo normal, de lo habitual, ¿quién se sorprende? Habría que vivir siempre como supervivientes para saborear cada cosa con gratitud». El video de la exposición “Vivir lo real” está lleno de imágenes y palabras que son como «un repaso a la existencia de las cosas». El espectáculo de la naturaleza, del ser humano, de la luz, en una palabra de la creación, con la que hemos perdido confianza.
Esta proyección, que puede verse en la web del Meeting, es el corazón de la exposición instalada en el Palacio de Congresos, que cada día cuenta con diálogos virtuales para profundizar en el recorrido que hace de las páginas del capítulo décimo de El sentido religioso de don Giussani y en El despertar de lo humano de Julián Carrón, con citas literarias de Chesterton, Ungaretti o Gozzano, fragmentos de películas, fotografías e imágenes artísticas, como la calabaza con lunares de Yayoi Kusama.

La exposición nació del deseo de medirse con el lema del Meeting, la cita de Abraham Heschel, y con el marco en el que está tomada, el libro de El sentido religioso. «Pero enseguida nos topamos con el estallido de la pandemia», afirma Luna, joven musulmana que ha participado en su preparación junto a otros jóvenes y que es voluntaria de las visitas guiadas en el Meeting. Más que explicarla, lanza preguntas y provocaciones a los visitantes, compartiendo lo que ha vivido estos últimos meses, cuando «vivíamos distraídos y el virus nos sacó de lo que dábamos por descontado. La realidad ha vuelto a salir a escena». Luego cita un versículo del Corán donde «Dios dice al hombre: podía no haberte hecho y te hice» y a lo largo de los paneles todo –desde el cielo hasta la propia respiración– se ofrece como algo gran, gigantesco, que podía no existir pero existe. «Solo por este asombro pueden renacer las preguntas de la razón». ¿Pero cómo es posible que exista todo lo que existe? ¿Por qué? ¿De dónde viene? ¿Y yo? ¿Quién soy? ¿Adónde voy?

«El capítulo décimo de El sentido religioso no habla de algo imaginario. Podemos llegar a pensar que Giussani –cuando explica cómo se despiertan las preguntas últimas– es un poeta, ¡pero no!», afirmaba Carrón en el webinar dedicado a la muestra el primer día del Meeting. «Él habla de una experiencia real, que sucede. Como nos muestra, por ejemplo, alguien que despierta de un coma… Pero una mirada verdadera a lo real no es una experiencia que suceda de una vez para siempre, no es algo mecánico. Un instante después puedo volver a caer en lo banal y entonces me encuentro ante una opción: ¿dónde mirar?». Interpelado por la cantidad de preguntas que surgían entre las muchas personas que seguían el encuentro desde sus ciudades, dentro y fuera de Italia, volvía a plantear la cuestión de otro modo. «¡Todas estas cosas sobre el asombro ya las sabemos! ¿Pero cuándo nos ha sucedido? ¿Cuándo es la última vez que nos hemos sorprendido así? Se nos brinda la posibilidad de que se vuelva familiar para nosotros la misma manera en que se sorprende Giussani: no como una lógica, no como una cultura, sino como una experiencia viva». Y retomaba la necesidad de un camino. «No basta el momento del milagro. ¿Qué es lo que necesitamos? Una presencia cotidiana, familiar. Eso es lo que hace Dios con nosotros. ¿Qué nos da para ayudarnos a sorprendernos? Se hace carne, dándonos una compañía humana capaz de asombrarse así. Siguiendo a estas personas, con el tiempo, con paciencia, se hace nuestra su forma de mirar».

La exposición ''Vivir lo real'' en el Palacongressi

El Meeting propone otra exposición presencial, dedicada a la Basílica de Belén, “Bethlehem reborn. Las maravillas de la Natividad”. Según su comisaria, Mariella Carlotti, supone un verdadero desafío a la ruptura de nuestra relación con la realidad porque está dedicada «al lugar “de la realidad” por excelencia: el lugar donde Dios se hizo una realidad humana». Un lugar que se nos devuelve con toda su excepcionalidad tras una restauración histórica (la primera integral en siete siglos) que comenzó en 2013 y terminó el pasado 6 de diciembre. Durante el recorrido –que se desarrolla de manera paralela entre la exposición del Palacio de Congresos y sus contenidos virtuales– el foco no se centra en la restauración sino en la basílica, que ahora podemos ver como nadie vivo ha podido hacerlo: el relato del monumento más antiguo de la cristiandad avanza entre historia, política y arte, pero también mediante la voz de los peregrinos y una experiencia de siglos de devoción.

Esta muestra es fruto de un deseo de la UNESCO y de hecho está prevista su instalación en París, pero ha nacido en Rímini por una historia de amistad que llevó al Meeting de 2016 la exposición dedicada a sus trabajos de restauración. La de este año corre a cargo de Carlotti, el cineasta Tommaso Santi, el arqueólogo Alessandro Fichera y Taisir Masrieh Hasbun, editor y responsable de las actividades culturales en la embajada palestina ante la Santa Sede. «Hemos trabajado durante cuatro meses sin vernos nunca en persona debido a la pandemia. Nos parecía imposible que la exposición viera la luz, pero hemos superado dificultades que nos parecían insalvables. Y espero que en nuestro país pase lo mismo».

La exposición ''Bethlhem reborn'' en el Palacongressi

«Cuando llegas a la cima con alguien, te quedas unido a ese alguien para toda la vida». La cima en cuestión es la del K2, a la que está dedicada la exposición “¡Estamos en la cumbre!” (solo en versión digital), que narra la expedición de 2014 con dos de sus protagonistas, Michele Cucchi y Agostino Da Polenza. Una escalada de casi nueve mil metros durante dos meses, para conquistar la segunda cima más alta del mundo después del Everest. «¿El momento más emocionante? ¡Creo que cuando apareció!», afirma Cucchi. «¡Qué respeto! El de dos hombres diminutos en una enorme cuenca glacial en presencia de su majestad». Él aceptó participar por el valor que esta expedición tenía para el pueblo paquistaní, como homenaje a la inmensa hazaña realizada sesenta años atrás, el 31 de julio de 1954, cuando Achille Compagnoni y Lino Lacedecelli conquistaron por primera vez la que se ha dado en llamar “montaña de los italianos”. Después de que algunos amigos del Meeting conocieran a Cucchi y Da Polenza nació la idea de narrar el desafío que supone esa cumbre para el ser humano. «No solo se trata de subir sino de mirar al otro y llevarlo contigo». Audios, videos extraordinarios y encuentros online con los protagonistas y los comisarios ofrecen la posibilidad de revivir el esfuerzo y la pasión que nace de un atractivo que les llevó a subir cada vez más, dispuestos a todo.

Uno de los ''corner'' virtuales de ''Estar vivos''

Ecos de este atractivo resuenan también en las palabras de Konrad Lorenz, fundador de la etología moderna, en lo que se ha convertido en una especie de lema en la última exposición del Meeting, “Estar vivos”, organizada por Euresis y Camplus (solo en digital). Afirma Lorenz: «La verdad no solo es hermosa sino que está llena de misterio y no hace falta ser un místico para vivir aventuras maravillosas. Cualquier persona que se alegre al ver la creación viva y su belleza está vacunada contra la duda de que nada tenga sentido». La muestra se divide en cuatro rincones virtuales y otras tantas video-entrevistas que, a través del gran desarrollo de las ciencias biológicas de las últimas décadas, abren la mirada de par en par hacia la naturaleza más profunda de todo ser vivo, que consiste en una “relación con otro”, y hacia la extraordinaria complejidad y creatividad de la vida que invade nuestro planeta. Códigos, signos, acrobacias químicas, adaptación al mundo, dinámicas evolutivas, ADN, leyes inmutables e imprevistos… Esta exposición es el descubrimiento de la lógica sorprendente que, como explica uno de los comisarios, el profesor de bioquímica Giorgio Dieci, «une a todos los seres vivos, desde la bacteria unicelular a todas las especies animales y vegetales que pueblan las aguas y la tierra, pasando por el hombre. Llegando a cada uno de nosotros».