El via crucis en Santarcangelo di Romagna

Triduo. La aventura continúa

El silencio, la música, el Via Crucis, el testimonio de Jesús Carrascosa. Así es como cinco mil chavales de GS vivieron el triduo pascual en Rímini. Para encontrar la respuesta a la pregunta: «¿Qué resiste frente al embate del tiempo?»
Stefano Giorgi

Rímini, Jueves Santo. Se cena a las 18.45 y a las 19.30 ya estamos en el recinto ferial con los 200 chavales del servicio de orden para recibir las últimas indicaciones: en una hora las puertas se abrirán para acoger a los 5000 chavales de GS de toda Italia, y de Reino Unido, Francia, República Checa, Portugal y Suiza, y para dar comienzo al Triduo Pascual de GS.

Se percibe espera y trepidación, el coro ultima los ensayos, luego... Todos callaos: se empieza. «¿Hay algo que resista el embate del tiempo?». Es el lema que domina la enorme pantalla y que ha acompañado el trabajo de preparación al Triduo de las distintas comunidades. Teresa toca La gota de Chopin al piano.

«¿Hay algo que resista el embate del tiempo? Solo algo que existe y del cual uno no puede volver atrás: algo que cambia la vida para siempre y que llega a vencer la muerte». Estas las palabras de padre Pigi Banna al empezar la lección. Y cuantas preguntas, dificultades, dolores trasparentan en las aportaciones que lee: «Hay un fracaso que hace que esta pregunta sea aún más punzante: el fracaso de las relaciones, ni siquiera los más queridos parecen resistir». Y aquí aparece la grande tentación: el nihilismo, huir diciendo que todo es nada. «Si estamos aquí esta noche, en cambio, es porque no queremos huir», sigue Pigi citando Lady Gaga, el poeta Antonio Machado y otras aportaciones de los chavales: «Porque dentro de cada uno de nosotros hay una pregunta y un deseo que resisten. ¡Nuestro corazón está despierto!».

Pierluigi Banna

Entonces, ¿qué puede estar a la altura de este corazón? «Un imprevisto, una preferencia donde no tenemos que esconder nada de nosotros mismos, un amor que te afirma por como eres, que te dice: tú eres precioso a mis ojos. Es uno que para afirmar esta preferencia, daría la vida por ti, como hizo Jesús que da su sangre, su alma y corazón por ti que tienes miedo y tienes la tentación de huir de la nada. El cristianismo es la novedad de este amor imborrable hacia mí y hacia ti».
En silencio, se espera la misa. «Lo que sostiene el cristianismo», dice Pigi en la homilía «que le permite resistir frente al embate del tiempo, es este corazón invisible: Su cuerpo y Su sangre que se hacen presentes en el pan y en el vino cada vez que repitamos este gesto». «¿Nos arriesgamos proponiendo a los chavales salir del salón de una forma nueva para ayudarnos con el silencio?», propone Matteo, el profesor responsable del servicio de orden. Acompañados por el clarinete de Mozart (KV622) se sale todos en silencio, fila por fila como durante la comunión; ocho minutos y el salón se ha vaciado.

El viernes es el día donde se puede ya verificar lo que nos ha pasado. Despertar temprano, autobús, ingreso al salón. Esta vez son María, Giovanni y otro Giovanni al piano, violín y al violonchelo a acogernos. Angelus, Laudes, cantos... «Solo un hecho, solo una experiencia vivida puede ser capaz de responder de forma adecuada (a la pregunta que os habéis planteado para estos días y que representa "la" pregunta de la vida).Encontrarla no es un problema de inteligencia o de esfuerzo, sino de atención . Encontrarla no es un problema de inteligencia o de un esfuerzo, sino de atención». Es el mensaje de Julián Carrón leído al principio.

Para nosotros,¿existe alguien del cual uno se alejaría nunca? ¿Hemos visto «una cosa tan grande y magnífica que tan grande, tan magnífico que cualquier otra cosa sea nada comparada con ella», come decía Kierkegaard? El relato de Kevin leído por Pigi es muy impactante: «He nacido en Camerún y desde hace tres años vivo en Italia. Tenía muchas ganas de ir, sobre todo para conocer a mi padre, cuando llegué me he sentido terriblemente solo y aturdido. Hace dos años, sin embargo, una señora que yo llamo abuela me llevó al Meeting de Rímini, me presentó a un grupo de chavales de GS. No hablaba italiano, pero con ellos estaba contento. Desafortunadamente mi padre no me dejó volver a buscarles, pero yo no les olvidé y el año siguiente volví al Meeting, donde sabía que les habría vuelto a ver. ¡Así fue! Creo que lo que dura en el tiempo es mi exigencia de no sentirme solo y la posibilidad de volver a verles».

Un momento del Via Crucis

Y ¿si luego descubres sus limites? «Es justo cuando chocas con los limites de esta compañía que te das cuenta de que lo que te había llamado la atención no era ni tu capacidad ni la de ellos. Es algo en ellos, pero que no se limita a ellos: los supera, los trasciende», retoma Pigi. ¿Qué hace falta? «Nos lo decía Kevin: lo que resiste es la posibilidad de volver a verles. Es esta la respuesta que el Misterio, desde el fondo del ignoto, sigue dando. Él sigue viniendo, sigue sorprendendonos para que volvamos a nacer. Es una presencia en esta experiencia que sigue abrumándome». ¿Quién vive entre nosotros? ¿Quién se ha introducido en nuestra vida haciéndonos descubrir algo que nos permite gozar cien veces más de la vida, que nos ama de un amor verdadero hasta el punto de dejarnos libres? «Para ayudar nuestra libertad a tomar partido, esta tarde tendremos el Via Crucis».

Comida y enseguida al autobús, para Santarcangelo di Romagna. En el césped enfrente a la roca de esta estupendo y acogedora aldea con un casco medieval todavía intacto y que desde hace siete años acoge este gesto, algunas familias están aprovechando del sol. Con curiosidad, recogen la manta y los juguetes de los hijos para observar como el césped se vaya llenando de chavales que, en silencio y en orden, se recogen frente a la Cruz. El breve comentario de Pigi guía y acompaña el camino (tres estaciones) detrás de la Cruz que, a través de las calles del pueblo, sube hasta la colina allí cerca donde todo se cumple: Él está aquí. Está aquí como el primer día: «Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado? Parece que Cristo esté cediendo a la desesperación» dice Pigi. «En cambio es nuestra pregunta que Cristo convierte en dialogo con el Padre. Ya podemos no tener miedo de nada». Cuando se anuncia la muerte de Jesús, todo el mundo se pone de rodillas, en silencio, sin que Pigi tenga que decir nada.

«Allora saprete che esisto» se canta a conclusión, preparados para volver al hotel donde, después de cenar, nos reunimos para una breve asamblea donde se fijan las preguntas que han surgido estos días. Han sido muchísimas, como ha contado Alberto Bonfanti el sábado, introduciendo la lección, después de Laudes: «Lo que hemos vivido ha ha reagudizado la pregunta, la ha hecho más verdadera, más urgente: ¿Cómo esta Presencia maneja los hilos de todo lo que sucede? Una cosa más:¿qué quiere decir esperar? Uno de vosotros ha escrito: “Pigi nos ha dicho de mirar con sencillez, pero, ¿por qué con el paso de los años, soy cada vez menos sencillo a la hora de mirar? Pienso cada vez más, pero miro cada vez menos". Entonces, ¿qué mirar? ¿Quién me ayuda? Es decir, ¿Quién es verdaderamente mi amigo? Frente a estas preguntas, os queremos proponer el testimonio de un hombre - Jesús Carrascosa, Carras, español, que con 80 años vive con entusiasmo para el ideal, un gusto del vivir, una sencillez a la hora de reconocer quien son sus amigos que puede indicarnos un camino para descubrir de nuevo qué resiste el embate del tiempo».

De izquierda: Banna, Jesús Carrascosa (Carras) y Alberto Bonfanti

Por 45 minutos Carras cuenta su historia, de las dificultades en familia a los estudios con los jesuitas, del compromiso en la lucha por la libertad en España bajo la dictadura a las primeras experiencias de vida comunitarias con los anárquicos, hasta el encuentro con don Giussani, siempre animado por un irrefrenable deseo del todo: «En Giussani he descubierto un amor por la razón y la libertad que me ha cautivado, él ha visto que nosotros teníamos el deseo del todo y con un deseo más reducido no se puede vivir». Por esto, se mudó con su mujer de Madrid a Milán, donde la acogida y la amistad entre unas familias le han hecho ver que lo que Giussani decía era un hecho.

Un inicio, una semilla hasta el momento en el cual don Giussani le llamó a Roma para empezar el Centro Internacional. «Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.» con estas palabras de Moisés en el corazón, que le recordó su mujer, salieron para Roma. «Lo que he encontrado resiste, porque Dios ha hecho milagros y este Tú se ha convertido en una presencia inexorable e inevitable hasta hacernos redescubrir el matrimonio. Nos decía don Giussani: “Cuando dos se quieren, si no aman a Aquel que no pasa, su amor pasará”. La fortaleza de los amigos es justo esta: indicarnos Aquel que no pasa. Todo se vuelve tan lleno de alegría», ha concluido.

Pigi concluye: «Lo que hemos visto es como un amanecer. Que llegue a ser una historia que marca nuestra vida. Cristo resucitó y será Él quien nos sorprenderá. Cristo ha elegido un modo sencillo para permanecer presente en la historia: la Iglesia, es decir, gente con la que poder estar. Es suficiente ser fieles a esa mano con la cual nos ha alcanzado y nos ha invitado aquí, ¡Feliz Pascua!».

El triduo se ha concluido, se sube a los autobuses hacia casa, ciertos de que la aventura, como decía Carrón, continúa.