El Triduo de GS 2019 en Rímini

Triduo GS. El saludo de Julián Carrón

En Rímini, el triduo de los bachilleres en vísperas de la Pascua. Las palabras del presidente de la Fraternidad
Julián Carrón

Queridos amigos:
¿Quién de nosotros no ha experimentado momentos en los que le parecía tocar el cielo con la mano? Estábamos contentos, llenos. Son momentos únicos, apasionantes, que desearíamos que permaneciesen para siempre, porque «nos parecía haber encontrado la llave / secreta del mundo» (F. Guccini, Farewell).
Pero cuántas veces, inmediatamente después, parece que «todo se echa a perder», como dice una canción de Gaber (L’illogica allegria).

A partir de esta experiencia elemental –que todos tenemos– surge con urgencia la pregunta que tenemos ante nosotros en estos días: «¿Hay algo que resista el embate del tiempo?».

No podemos responder a esta pregunta con nuestras opiniones, con nuestras reacciones instintivas. De hecho, ellas no son capaces de ofrecer una respuesta a la altura de la urgencia que todos sentimos dentro de nosotros.

Solo un hecho, solo una experiencia vivida puede ser capaz de responder de forma adecuada. Encontrarla no es un problema de inteligencia o de esfuerzo, sino de atención. Nos lo recuerda don Giussani. «La verdad última es cómo encontrar una cosa bella en nuestro camino: se la ve y se la reconoce si se está atento. El problema, por tanto, es de atención» (El sentido religioso, p. 57).

Pero, ¿cómo llegar a identificarla, cómo no equivocarnos al reconocerla?
«Esto es –escribe Kierkegaard en su Diario– lo importante de la vida: haber visto una vez algo, haber escuchado algo tan grande, tan magnífico que cualquier otra cosa sea nada comparada con ella, e incluso si se olvidase todo lo demás, esa no se podría olvidar nunca».

¿Os ha sucedido alguna vez algo así?

Solo quien lo identifica en su propia experiencia tendrá la respuesta a la pregunta que os habéis planteado estos días, y que es «la» pregunta de la vida.

¿Hay aventura más fascinante que encontrar «la» respuesta?

¡Buena aventura!
¡Y feliz Pascua!

Vuestro amigo Julián