La generación de un «yo» nuevo

En Huellas de octubre, apuntes de una conversación de Julián Carrón con un grupo de estudiantes durante el Equipe del CLU, los universitarios de CL, sobre el tema «Por estos hechos sabrás que yo soy el Señor» (Corvara, 30 de agosto de 2018)

Julián Carrón. «Por estos hechos sabrás que yo soy el Señor» (cf. Ex 10,2). Este era el título de las vacaciones. Pero, como ya hemos dicho, la condición para sorprender los hechos por los que podemos saber que Él es el Señor es un afecto, en el sentido al que se refiere don Giussani cuando cuenta de aquel joven que, caminando por el sendero que sube hacia el monte Pana desde un pueblo de Val Gardena, miraba continuamente hacia el suelo y recogía una piedra aquí, una piedra allá. Después de algún tiempo Giussani comprendió: se trataba de fósiles. Aquel hombre era un científico que estaba buscando fósiles, y por eso era capaz de descubrirlos. Él no se inventaba los fósiles, los fósiles estaban. Y don Giussani, que no tenía esa tensión, ese interés, ese tipo de curiosidad, aunque había recorrido el sendero muchas veces, nunca había sido capaz de verlos. Solo un afecto hacia una verdad de la realidad hace aguda nuestra mirada sobre las cosas. Pues bien, con vistas a este momento, habíamos propuesto algunas preguntas como orden del día: en lo que hemos vivido este verano (las vacaciones, los gestos, el Meeting de Rímini, la peregrinación a Roma para ver al Papa, el tiempo libre), ¿han sucedido hechos que hayan generado en nosotros un asombro, implicando la totalidad de nuestro yo, empujándonos a reconocer a Cristo, a pronunciar su nombre? ¿Cuándo nos hemos sorprendido reconociéndole? ¿Hay algo que se haya revelado capaz de regenerar nuestra vida?...

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