Sídney (foto Unsplash/Photologic)

Encontrarse en Sídney por gratitud

Lo han llamado “Syd Catch up”, una especie de mini Meeting, primer evento público de la pequeña comunidad australiana. Dos encuentros y una exposición que no han pasado desapercibidos
Filippo Begnini

To Catch up es un término informal utilizado en Australia para describir un encuentro rápido entre amigos, normalmente tomando un café, para contarse qué tal va la vida, para ponerse al día de las últimas novedades. Syd Catch up es el nombre elegido por la comunidad de CL en Sídney, siguiendo las huellas del Meeting de Rímini y del New York Encounter, para el primer encuentro público que han celebrado en la parroquia de Saint Thomas of Canterbury.

La primera pregunta que nos planteamos fue: «¿Por qué queremos hacerlo?». Nuestra comunidad está formada mayoritariamente por familias jóvenes y el tiempo libre no está entre las cosas más populares entre nosotros. En la respuesta que cada uno daba a esta pregunta había un factor común: la gratitud. Todos nosotros hemos sido tocados por el carisma de don Giussani, de una manera o de otra, y la gratitud por este don nos ha hecho desear compartirlo con todos.

El Syd Catch up empezó con un encuentro de presentación del libro El sentido religioso de don Giussani. Durante la pausa para comer, los invitados pudieron visitar la exposición “The Journey to the Truth is an Experience” (“El camino a la verdad es una experiencia”), organizada en 2022 para el New York Encounter. Por la tarde hubo una mesa redonda sobre acogida, partiendo de otro libro de Giussani, El milagro de la hospitalidad, para terminar con una misa celebrada por el padre John O’Connor.

Un momento del Syd Catch up

En el diálogo sobre El sentido religioso participaron Tom Gourlay, profesor y director de la Capellanía y Formación en la fe de la Universidad de Notre Dame, el padre Dan McCaughan, párroco de Saint Patrick en el barrio de Sutherland, y Federica Ercoli, responsable comercial de una multinacional alimenticia en el área de Greater Sydney. Se les plantearon dos preguntas: «¿Qué es lo que os ha llamado la atención de este texto?» y «¿qué relevancia puede tener para una persona de Australia en 2023?». Gourlay, autor de uno de los capítulos del libro El cristianismo como acontecimiento. Ensayos sobre el pensamiento teológico de Luigi Giussani, describió su encuentro con el pensamiento de Giussani después de leer la homilía del cardenal Ratzinger en su funeral. El cristianismo «no es un sistema intelectual, un conjunto de dogmas, un moralismo; sino un encuentro, una historia de amor, un acontecimiento». Del libro le llamaron la atención dos cosas: cómo habla Giussani de la razón y su mirada abierta a la realidad.

El padre Dan recibió El sentido religioso como regalo de Navidad el año pasado. Su reflexión partió del reconocimiento de que todo ser humano tiene este deseo de infinito y subrayó que la razón del hombre alcanza su vértice cuando llama a la puerta de alguien que está más allá de la razón. «No solo tenemos un deseo de infinito, sino que deseamos una comunión con el infinito», afirmó. «No nos basta con saber que existe un Infinito, un Tú, sino que queremos conocerlo. Partiendo de nuestra experiencia y del hecho de que deseamos un Tú, deseamos una experiencia personal, una relación con Él». Comunión es liberación, añadió. «En la comunión con Otro es donde me descubro libre».

Ercoli contó su experiencia en el mundo del trabajo, cómo el concepto de gratuidad se puede usar como herramienta psicológica para afrontar momentos complicados. «En un mundo corporativo, a través de los llamados work coaches, se nos invita a dedicar diez minutos al día para escribir las cosas que agradecemos a la vida. Pero es un ejercicio abstracto. Giussani nos invita a mirar la realidad y observar los signos que contiene, pero no se queda ahí, como hace la mentalidad corriente. En Giussani, los signos sirven para remitir a un Tú más grande que nos quiere y que quiere nuestro bien. Solo cuando se da este paso, la gratuidad cobra sentido y se vuelve relevante para la vida».

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Por la tarde, el encuentro sobre el libro El milagro de la hospitalidad estuvo moderado por Maria Cecilia Grandi, directora de marketing de una gran empresa y madre de familia, con el padre John O’Connor, y Rachelle y Daniel Hopper que compartieron experiencias y reflexiones sobre el tema de la acogida y la adopción. Después de acoger a dos hijos biológicos, adoptaron otros dos. Como en la comunidad de Sídney hay varias familias que se están planteando la cuestión de la acogida, quisieron compartir el texto que les acompaña en un evento público. El periodista Adam Wesselinoff, subdirector del Catholic Weekly, dedicó un artículo a este encuentro. «Los ponentes presentaron historias preciosas con sus experiencias de acogida y adopción de niños, criando a niños acogidos y ayudando a buscar un hogar a otros. Sin dejar a un lado ninguna de las múltiples dificultades que mostraban estas historias, lo que vimos es el verdadero milagro de la hospitalidad que se estaba produciendo en sus vidas. Toda la presentación me pareció profundamente conmovedora».