Encuentro Santiago 2024

Un encuentro que ensancha la razón

Tras un año de descanso en el que aprovecharon para visitar Encuentro Madrid, la comunidad chilena ha retomado su cita habitual de Encuentro Santiago. De Huellas de julio-agosto
Macarena Maldonado

El año pasado no se celebró Encuentro Santiago. El equipo decidió hacer una pausa en la que un grupo viajó a España para asistir a Encuentro Madrid, una oportunidad de aprendizaje que impulsó nuestra edición de 2024.

Verificamos una vez más que existe una amistad capaz de generar convivencia, de tejer historia. Eso es lo que queremos para Encuentro Santiago y para quienes participan. La exposición dedicada a Takashi Nagai, médico japonés converso al catolicismo que tras la explosión de la bomba atómica en Nagasaki fue testigo «de lo que no muere nunca», nos mostraba que ninguna circunstancia puede impedir comunicar la verdad y la consistencia última de lo humano. Por eso la llevamos a Chile.

El 31 de mayo y 1 de junio vivimos la novena versión de Encuentro Santiago que, a partir del lema “Un Encuentro que ensancha la razón”, nos invitó a juzgar la realidad partiendo del encuentro con personas y experiencias en las que intuimos la posibilidad de una apertura excepcional de la razón, en un tiempo en que estamos saturados de respuestas parciales que pretenden erigirse como soluciones insuficientes ante la pregunta por lo humano, que interpela al contexto social en el que estamos inmersos: crisis de confianza, problemas de convivencia, espiral de violencia, demandas de justicia social, de sentido y valor de la vida –la propia y la del otro–, donde urge la necesidad de un encuentro vivo, en el que el otro sea verdaderamente un bien.

El viernes 31, con un teatro Huemul repleto –situado en un antiguo barrio obrero cercano al centro de Santiago, que ha sido protagonista y testigo de mucha historia– iniciamos con un maravilloso concierto, a cargo de la Chile Big Band, una banda dedicada al jazz en sus distintos estilos y a la música popular chilena desde hace un par de décadas, liderada por el maestro Carl Hammond. El tono cálido que transmitió la interpretación de los distintos temas mostró un dinamismo en el cual la singularidad de cada instrumento aporta genialmente al conjunto para ofrecer un espléndido espectáculo. Los vecinos del barrio se mostraron contentos y agradecidos por haber dado vida nuevamente a ese teatro, que se encontraba sin actividad desde antes de la crisis de 2019 y la posterior pandemia, que habían significado también un deterioro material y social para el barrio.

Encuentro Santiago 2024

Al día siguiente nos trasladamos al centro recreativo La Araucana, ubicado en la comuna de La Florida, sector suroriental de Santiago. La mañana se abrió con un bloque infantil en el que los niños participaron con gran entusiasmo. Más tarde, nos congregamos en el salón para el encuentro titulado “Enfermedad y soledad. El amparo de una presencia y la deuda de la ley”, organizado por la Compañía de las Obras. En él conocimos a Juan Pablo Zúñiga, primer paciente de la Clínica Familia, obra creada por el padre Baldo Santi en los años 90 para enfermos de VIH y actual colaborador de dicho centro, y al Dr. Carlos Rivera, médico cirujano de la Universidad de Los Andes. Ellos nos manifestaron cómo la presencia de otro que acoge con afecto y que se preocupa no solo por la salud física sino por la totalidad de la persona, es fundamental para sobrellevar la enfermedad y salir de la desesperanza, y esta compañía humana debiera ser también el eje articulador de las políticas públicas sanitarias, entendiendo la salud como el bien integral de cada persona.

A continuación, siguió el encuentro titulado “Ciencia y empresa”, con la participación de César Giacosa, ingeniero químico, Karen Fuenzalida, bioquímica investigadora de enfermedades metabólicas en la Universidad de Chile, y Natalia Brossard, ingeniera agrónoma de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde contaron la historia de un proyecto en el que, a partir de los beneficios para la salud humana que se descubrieron en un alga que era utilizada con fines industriales, surgió la iniciativa de un interesante diálogo entre la investigación científica y distintas empresas, como un bien para el desarrollo humano, donde más que el resultado en términos económicos, lo que importa es el proceso de tender puentes entre las distintas áreas –académicas y productivas– en pos de algo que es útil para todos y ayuda al bien común –contribuye a la salud, en este caso–.
Mientras esto ocurría en el salón, el área de cafetería era un lugar de interesantes encuentros, donde amigos, familias, panelistas invitados y todos los presentes podían compartir en una mesa las provocaciones de los encuentros, simplemente disfrutar de su compañía.

Encuentro Santiago 2024

Entrando ya a la jornada de la tarde, nos reunimos para un tercer encuentro, titulado “Un juicio para descubrir el sentido de la vida”, organizado por los universitarios. Las panelistas fueron Camila Kellemen, psicóloga clínica y magíster en Psicología Integral de la Persona, y Pamela Chávez, doctora en Filosofía por la Universidad de Chile, con mención en ética, que nos invitaron a mirar el problema actual de la crisis de sentido, que en nuestro país se ha agudizado con el suicidio de varios jóvenes. Este problema nos remite innegablemente a la pregunta última sobre el deseo infinito de felicidad, que uno no se lo da a sí mismo, sino que lo recibe como un don de Otro –Dios– a través de la compañía de otros –amistad, familia, vínculos cercanos– y que para hacerlo concreto se requiere una disposición a recibir, a ser amado tal como uno es, y a partir de este amor brota el yo como don hacia los demás.

En el hall central del recinto, durante toda la jornada fue posible visitar una muestra sobre el testimonio de Pablo Takashi Nagai, impresionante a primera vista por la belleza del montaje, relatando con sencillez el testimonio de este médico de Nagasaki y su camino de búsqueda por el deseo infinito de su corazón, que lo llevó primero a la conversión a la fe católica, y con ello, conocer a Midori, que más tarde fue su esposa, y también a vivir distintas circunstancias (la pérdida de la audición, la guerra, la bomba atómica, la leucemia) desde una unión estrecha con Cristo, en la cual abrazó la humanidad total de las personas a las que sirvió y con las que compartió su vida. Esta experiencia fue puesta de relieve con la presentación del libro Lo que no muere nunca, a cargo de la profesora María Angélica Kolbach y Martín Groos, de la fundación Amigos de Takashi y Midori.

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Llegando al atardecer, nos reunimos en el salón para la presentación del lema con Álex Pérez, director del colegio Patrona de Lourdes, y Gerardo León, poniendo en relevancia la necesidad de volver a mirar la realidad y estar en ella integrando la totalidad de los factores, lo que requiere apertura para conocer y capacidad para juzgar razonablemente desde esta totalidad, en tiempos en que vivimos rodeados de subjetivismos que no dan crédito y dejan sin responder –a la deriva– las grandes preguntas a nivel personal y social. La experiencia cristiana es capaz de ir al fondo y generar un diálogo en el que ya no estamos determinados por las circunstancias sino que somos capaces de construir desde ellas.

Para finalizar, se presentó una adaptación de la obra The Sunset Limited, dirigida por Bernabé Madrigal, que relata la historia del encuentro entre un hombre de clase acomodada, no creyente, que intentó suicidarse y fue rescatado del borde de las vías del metro por un hombre en situación precaria, exconvicto y converso al cristianismo que, tras recibirlo en su casa, entra en diálogo con el suicida intentando darle razones para tener fe y vivir con esperanza. Encuentro Santiago es una experiencia maravillosa de encontrar personas, amistad, historias que interpelan y renuevan. Año tras año, se consolida este lugar, del que no salimos distraídos ni anestesiados sino con la felicidad de haber sido hechos para un destino bueno, y la compañía nos devuelve la conciencia de que esto es posible vivirlo en la realidad cotidiana.