Duda, voluntaria "embajadora" del Meeting en Brasil

Hacia el Meeting. Dentro del mundo

Desde Brasil, la experiencia de una voluntaria “embajadora” que participó el año pasado por primera vez

Vivo en Brasilia. El Meeting de Rímini siempre me ha parecido algo lejano, solo para adultos y solo para italianos: algo que no me tocaba para nada. Pero el año pasado, viendo cómo una amiga disfrutaba del Meeting y los amigos que tenía gracias a esa experiencia, empecé a preguntarme: «¿Qué es?». Así que me apunté al Meet the Meeting hace un año. La gente proponía varios temas, hablaban de política, literatura, música, y siempre partiendo del “yo”. Al acabar el encuentro, se me saltaban las lágrimas. Era imposible desear menos. No sabía qué era el Meeting ni qué podría aportar yo, pero sabía que quería estar ahí, que allí había algo para mí. Empecé a desear que todos lo conocieran. Recuerdo que empecé a proponer a otros que fueran voluntarios y al final éramos dos: mi hermana y yo. ¿Pero qué podíamos hacer nosotras? Con la ayuda de una amiga de la secretaría del movimiento en Brasil, propusimos al responsable de los universitarios que diera un aviso. Al final nos juntamos veinte jóvenes de diversas ciudades del país. Después de oír nuestra propuesta nos dijeron exactamente lo mismo que yo pensé al principio: «No sabemos lo que es ni lo que podemos hacer, ¡pero aquí estamos!». La idea era organizar encuentros locales y retransmitir alguno desde Rímini con traducción. También lanzamos algunos podcast con otros amigos de Brasil, eran diálogos dedicados a varios temas propuestos en el Meeting.

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Pero yo empecé a entender la verdadera experiencia del Meeting cuando acabó. Porque me di cuenta de que podía seguir sucediendo durante todo el año. Lo que viví esos días invadió también mi vida cotidiana, el Meeting me había enseñado una manera nueva de mirar todo. Podía juzgar las cosas que pasaban, las películas que veía, la actualidad política, la educación, la realidad entera, con un nuevo criterio. Todo lo que sucedía en el mundo tenía una relación directa conmigo. Cuando el Meeting se sumó a la iniciativa solidaria del Giving Tuesday, invité a todos mis amigos de la universidad para que lo votaran y algunos me preguntaban con curiosidad: «¿Qué es esto? ¿Por qué votamos en una web italiana?». Cuando les hablaba de la propuesta del Meeting se quedaban asombrados: «Nunca había oído algo nada parecido». Para mis adentros, repetía: «¡Yo tampoco!». Jamás había sentido tan mío el mundo entero, ni me había sentido tan completamente abrazada por el mundo. Experimentar que el Meeting es mi casa ha sido una ocasión para descubrir el vínculo que me une con todos y con la realidad, porque compartimos lo que importa, porque todo habla de un grito humano.
Duda, Brasilia