Monseñor Jules Boutros, el día de su consagración episcopal

«Soy yo quien más recibo de vosotros»

Los Ejercicios de la Fraternidad se han celebrado en Líbano, con la participación de monseñor Jules Boutros, nuevo obispo de la Iglesia siriaca de Antioquía, un amigo que ha empezado a participar de la vida de la pequeña comunidad libanesa

A finales de mayo se celebraron en Líbano los Ejercicios espirituales de la Fraternidad de CL. Un pequeño grupo de amigos se juntaron en los locales del seminario de la iglesia siriaco-católica en Daroun, junto al monasterio de Cherfe. El encargado de acoger a los participantes (reunidos junto a Filippo Belli, sacerdote de Florencia que lleva años acompañando a los amigos libaneses durante los Ejercicios, acompañado de Rony Rameh, responsable de la comunidad que los traduce al árabe) era Jules Boutros, rector del seminario, un joven libanés de 39 años, que les recibió con los brazos abiertos comunicando con cierto embarazo a sus amigos de CL –primera sorpresa– que el Sínodo de los Obispos de la Iglesia Patriarcal siriaca de Antioquía (Líbano) le había elegido como obispo de la Curia Patriarcal y el papa Francisco había aceptado su nombramiento. De tal modo que quien nos recibía era monseñor Jules, por lo que suponíamos que después de acogernos con su calidez habitual tendría que retirarse a otras tareas pero sin embargo –segunda sorpresa– el viernes por la noche se presentó en la sala con su cuaderno de notas y no abandonó nuestra compañía ni un minuto durante esos tres días.

El sábado por la noche aceptó además dar un testimonio sobre su historia vocacional. Un momento intenso y conmovedor, donde recorrió las etapas de una vida llena de cambios inesperados. Desde los primeros pasos de una fe vivida en familia y el nacimiento de la vocación, vivió un punto de inflexión cuando, tras recibir la formación filosófico-teológica necesaria para acceder al sacerdocio, se encontró ante la alternativa que las Iglesias orientales presentaban a los candidatos al presbiterio, entre el sacerdocio célibe o casado. Una decisión nada fácil para un hombre comprometido en una relación afectiva que podía desembocar perfectamente en el matrimonio, pero Jules optó por la entrega total de sí.

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Durante sus años de estudio en Roma, donde se sacó el doctorado en Teología pastoral en la Universidad Pontificia Salesiana, le llamó la atención un grupo de jóvenes sacerdotes que pertenecían a CL. De regreso al Líbano, donde no sabía que existía una pequeña comunidad del movimiento, se lanzó a su trabajo pastoral con los jóvenes como responsable de la pastoral universitaria católica. Con este cargo, le invitaron a participar en el Sínodo de los jóvenes en Roma en 2019. Allí conoció a los amigos del Centro internacional de CL y un amigo suizo que acompaña a la comunidad libanesa le buscó para cenar juntos. «Vino de lejos solo para conocerme», contaba monseñor Jules, aún asombrado tres años después. «Me preguntó si podía “echar una mano” a sus amigos en el Líbano y me dio sus contactos. Aquella vez, nada más volver, no perdí la ocasión y los que me han echado una mano han sido ellos. Ahora estoy haciendo un camino para conocer a fondo el carisma de CL, que me fascina».
Claudio