Los juegos a orillas del lago (Foto A. De Simoni)

Estados Unidos. Las primeras vacaciones del pequeño Tommaso

Unos días juntos a orillas de un lago de Georgia con un centenar de amigos de las comunidades de CL del sureste. Testimonios, juntos, caminatas… y el Bautismo del último en llegar

Sautee Mountain Retreat está situado en la parte más al sur de los montes Apalaches en Georgia. Allí nos juntamos a finales de junio para las vacaciones de verano de las comunidades del movimiento del sureste y Florida, desde Knoxville en Tennessee hasta la lejana Miami, de miércoles por la noche a domingo por la mañana. En total, 109 participantes, incluido Tommaso.

Mica conoció el movimiento hace unos diez años en una escuela superior de Greenville, en Carolina del Sur. Por aquel entonces conoció también a Christian, que ahora es su marido. Tommaso es su primer hijo. Mica nos contó que «este niño, tan diferente de como lo imaginaba antes de que naciera, nos exige una atención constante y no nos deja dormir por las noches. No estaría aquí si no fuera por don Giussani. Estoy llena de agradecimiento por lo que él empezó, que me alcanzó a mí gracias a Michelle, mi profesora de religión en el colegio. Le estoy inmensamente agradecida por haber generado un lugar que no deja de acompañarme». Tommaso recibió el bautismo durante estas vacaciones, en la misa que el padre Michael celebró el sábado por la noche.

Carol vive en Birmingham, Alabama. Empezó a ir a la Escuela de comunidad hace unos meses (ver Huellas, abril de 2021). Fue a las vacaciones con sus cuatro hijos. «Hace unos años me di cuenta de que me faltaba algo, pero no sabía qué. Un día, por ejemplo, mirando a mi marido, me sorprendí preguntándome: “¿Quién es este hombre con el que lo comparto todo? ¿Cómo hemos acabado juntos?”. Entonces decidí retomar un camino de fe, pero era una fe que seguía siendo obra mía. Ahora tengo una comunidad donde puedo caminar. A veces todavía no sé qué es lo que me falta, pero don Giussani siempre me lo indica».

Estos son dos breves testimonios que me han acompañados estos días de vacaciones. El grupo de cocina, capitaneado por Eddie, se encargó de hacer la compra y cocinar para todos. También hemos cantado, sobre todo por la noche con los niños. Hemos jugado al voleibol junto al lago. Hemos caminado por el bosque y hemos comido sentados junto a una cascada. Nos hemos tirado esponjas mojadas durante los juegos en el parque. Nos hemos tomado el pelo con los frizzi y la última noche cantamos en torno a una hoguera.

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Lo más extraordinario de las vacaciones ha sido la fraternidad que hemos vivido en los pocos días que hemos pasado juntos. Llegamos en grupos pequeños de muchas ciudades distintas y muy alejadas entre sí. Entre nosotros había muchos que habían conocido el movimiento hacía menos de un año. Sin embargo, el domingo nos despedíamos con el corazón y los ojos llenos de belleza, como hermanos y hermanas que caminan juntos desde siempre a pesar de que en muchos casos ni se conocían y que ahora han pasado a formar parte de nuestro ser eternamente. Incluido Tommaso.
Enrico, Miami (Estados Unidos)