Banco Farmacéutico. Cómo nace un “gesto bueno”

Una pequeña entidad que ayuda a los que no pueden comprarse sus medicinas, una caridad que conmueve y que mueve. Y que tiene que ver con el gusto por la vida. Como le pasó a un vendedor de coches…

En nuestra zona, desde hace tiempo, estamos construyendo una entidad local del Banco Farmacéutico. Aparte de la Jornada de recogida de medicamentos y la “Recuperación de fármacos válidos”, también hemos puesto en marcha un lugar donde repartimos gratuitamente medicamentos para personas que no pueden pagárselos. Hace poco se me ocurrió esta idea. Con el tiempo conocimos a un gran empresario que vende coches y le pedimos en varias ocasiones que nos patrocinara eventos para el Banco. Así que pensé: «¿Por qué no pedirle una ayuda económica para cubrir estos pequeños gastos?». Con mi amigo Giuseppe, farmacéutico de este empresario, fuimos a verle y, como de costumbre, nos recibió amablemente, nos habló de sus dolores de cabeza, de su salud, de sus negocios, que no van tan bien como le gustaría, y cuando le contamos nuestra idea empezó a apuntar todos los datos en un folio y al terminar escribió debajo: «Mil euros».

Aparte de nuestro estupor por tanta generosidad inesperada, nos llamó la atención su reacción. No fue como otras veces, cuando todo acababa con un «gracias y hasta la próxima». Se le veía conmovido por lo que estábamos haciendo, como si intuyera lo que hay detrás de este gesto de caridad. Un gesto “bueno”. Se iluminó, hasta llamó a uno de sus colaboradores y nos presentó como si fuéramos amigos de toda la vida.

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Este episodio me venía a la mente leyendo el orden del día de nuestra última diaconía, tomado del libro Crear huellas en la historia del mundo, donde cada palabra describía lo que había pasado. «Es la palabra responsabilidad la que asegura el resultado de alcanzar una experiencia de correspondencia con la verdad, con la fascinación de lo bello, con la conmoción de lo bueno, con una felicidad inefable. La grandeza de la palabra “responsabilidad”, cuando es completa, consiste en que es la principal fuente del gusto por la vida». Y también: «Cuando se produce una relación que llega a convertirse en simpatía profunda, en renovación permanente del apego que ha nacido de un asombro incomparable, la racionalidad es un acontecimiento». Seguramente esta es una relación que a partir de ahora tendremos que cuidar con mucha más atención.
Giovanni, Buccinasco (Milán)