La nota de Samuel

Todas las mañanas Luisella se encuentra con un joven mendigo africano. Es amable, afectuoso y da las gracias aunque no le den nada. Un día ella va con prisa: «Perdona, no puedo pararme, llego tarde a misa...». Es el inicio de algo nuevo

Desde hace dos años, todas las mañanas, cuando voy a clase, en un rincón de la plaza me encuentro con Samuel, un chico africano que, con su gorra del revés, tiende la mano a los transeúntes. Es un chico educado, afectuoso, da las gracias aunque no le des nada y choca los cinco a las hordas de alumnos de mi colegio. Yo a veces también me paro a charlar con él y, cuando puedo, intento dar alguna respuesta a su necesidad infinita, incluso con ropa que me dan algunos compañeros.

Un día iba deprisa porque llegaba tarde a misa de 12:30h y le dije: «Perdona, no puedo pararme, tengo que ir a misa, nos vemos mañana». Por circunstancias, ese "mañana" llegó un mes después. Cuando volvimos a vernos, me dijo: «Hola señora, qué bueno volver a verla. Todos los días iba a la iglesia a rezar por usted. Me recuerda a mi madre. Está lejos pero sé que me quiere mucho. ¿Puedo llamarla "mamá"?».

LEE TAMBIÉN - Florida. «2020 no me ha estafado»

Aunque desde febrero nuestros encuentros se han diluido a causa del virus, estos dos años han transcurrido dentro de una compañía sencilla por mi parte y una alegría ante mi presencia por su parte. Esta mañana me he parado como siempre y al saludarme me ha preguntado si podría conseguirle unos calcetines mientras me daba un sobre amarillo con una nota dentro que decía: «Buenos días señora, ¿cómo estás? ¿Qué tal tu familia? Te escribo esta carta para darte las gracias por cómo me cuidas siempre, todos los domingos voy a la iglesia para rezar y también pido por ti, que Dios te bendiga, te custodie, te guie, te proteja y te dé una larga vida. Mi vida ha cambiado desde que te conozco. Gracias por tratarme como a un hijo, te deseo una feliz Navidad y un próspero año nuevo 2021. Siempre te llevo en mi corazón. Aun con todo lo que ha pasado este año, seguimos vivos, todo irá bien y se acabará este virus. En 2021 volveremos a la vida normal. Samuel».

¡Menuda mano de pegamento! Cristo contemporáneo me genera ahora y ahonda mi conciencia de ser hija. Hija y madre.
Luisella, Milán