Perugia

Hacia las europeas. Un cambio de mirada

Un grupo de amigos de Perugia quedan para hablar del manifiesto de CL. Hay quien no está convencido de su eficacia. Pero uno de ellos, ex alcalde del PCI, responde: «Es un juicio político perturbador». Y esta es la razón

La lectura del manifiesto del movimiento sobre las elecciones europeas, nada más ser publicado, suscitó entre nosotros ciertas perplejidades. Lo primero que nos llamó la atención es que, para algunos, el manifiesto «decía cosas justas, pero no era fácil de manejar y compartir». Junto a este juicio, detectamos una sensación de debilidad política, de falta de contundencia del texto, los ejemplos puestos nos parecían ingenuos o modestos.
Llevados por el interés de no dar nada por descontado, pensamos en profundizar el contenido del manifiesto invitando a unos amigos a Perugia. Eran de todas las edades (universitarios y jubilados) porque no queríamos hablar de historias personales, sino partir de un punto común: nos habíamos hecho amigos por una curiosidad hacia la experiencia humana del movimiento y por un interés por lo que ocurre en el mundo.

Con nosotros, vino también un amigo que nos conoció hace dos años y cuya amistad se está convirtiendo cada vez más en pertenencia a una historia. Tuvo una experiencia política significativa en el PCI (Partido comunista italiano, ndt) y luego en el PD y fue alcalde de una ciudad de Umbría durante más de 10 años. Frente a nuestras objeciones, tomó la palabra y, agitando las hojas donde había tomado notas para reflexionar sobre el manifiesto, expresó apasionadamente las razones por las cuales, a su parecer, tenía una fuerza política disruptiva. «Tomemos el ejemplo de Holanda», decía: «Fijaos en el detalle, una madre musulmana de una niña gravemente enferma, decide mandarla a un colegio católico y está dispuesta a defender ese lugar con los demás padres por el bien de su hija. Si la política mirase estas cosas... En estos ejemplos está todo lo que la política debería mirar. En estos ejemplos hay política». Y añadió: «Salir de la pasividad que nos paraliza es la invitación que nos dirige este manifiesto, superando la incertidumbre y la mirada hacia el pasado, cuando existían "certezas compartidas". Las cinco preguntas finales nos lanzan a nuestras experiencias cotidianas, que están marcadas por eventos que nos llevan a preguntarnos cómo se puede vivir con quien no comparte nuestras ideas, por qué tener una familia, cómo establecer relaciones duraderas, qué sentido tiene involucrarse por el bien común».

Frente a las observaciones, más o menos explícitas, sobre la supuesta elección de un cierto perfil del movimiento a la hora de redactar el texto, volvió a intervenir diciendo: «¿De verdad creéis que quien escribió este manifiesto no tenía otra cosa que decir? Su contenido me parece una elección muy clara, se nos pide cambiar la mirada. Se trata de entender que no hace falta una nueva teoría política organizativa, sino volver a uno mismo despertando el interés por la existencia. CL ha querido seguir esta línea para poner de manifiesto que la política no es ante todo una estrategia. Hay que leer los ejemplos señalados como un modo de entrar en los desafíos del día a día llevando a cabo gestos claros y precisos. Estos ejemplos nos dice que la respuesta a los teóricos de la sociedad líquida no es la radicalización».

Durante la velada hubo momentos de debate encendido, pero sobre todo nació un diálogo auténtico, y pudimos reconocer la gratitud de concedernos la posibilidad de ser libres y verdaderos frente a la propuesta del movimiento para las europeas.
Después del encuentro, fuimos todos a cenar para seguir hablando de las próximas administrativas, de las dificultades del presente y de la vida, las que llaman a tu puerta cada día y no necesitan propaganda, las que nos invitan, como decía don Giussani, a «buscar lo que permite al hombre que su vida sea verdaderamente humana y su búsqueda de la verdad, auténtica».
Marta y Peppe, Perugia