Cantos populares rusos - vol. I

Coro de la Academia Estatal de Cantos Rusos dirigido por Alexander Vasilievich Sveshnikov
Deutsche Grammophon 1997


Los cantos populares rusos pertenecen a una tradición cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, si bien las primeras compilaciones manuscritas se remontan al siglo XVII: esta diferencia en el tiempo no debe sorprendernos si tenemos en cuenta el hecho de que durante muchos siglos tan inmenso patrimonio fue pasando de padre a hijo a través de la sola memoria, personal y colectiva.
El canto ha acompañado desde siempre todos los gestos del pueblo ruso, desde el más humilde y cotidiano, como el trabajo del campo, a los acontecimientos solemnes de su vida, como las bodas o los funerales. A través de los cantos se expresaba de modo sintético el estupor, el miedo y las esperanzas del hombre frente al misterio de la realidad: todo este manojo de expectativas asumió, en los tiempos paganos, características ancestrales, mágicas y mitológicas.
La llegada del anuncio cristiano (siglo X) no destruyó los intentos precedentes, sino que dio valor a la tradición y propuso una relación nueva con el Misterio. (...)
La música de los cantos populares rusos envuelve los textos abriendo de par en par los horizontes e introduciendo a menudo elementos contradictorios: de esta manera emerge una profundidad impensable, incluso a partir de argumentos banales en sí mismos. Así, cantos que poseen un contenido triste pueden presentar un ritmo enérgico, vivaz, y una melodía ágil que hacen mirar las vicisitudes dolorosas con resignación o con una sonrisa; y, viceversa, cantos con un contenido alegre tienen a menudo una melodía melancólica y un ritmo lento, que invitan a meditar sobre la fugacidad de las cosas.
Las melodías, en especial las de los cantos solistas, tienen una extensión notable, desarrollan intervalos amplios, dirigiendo la mente a la vastedad de los paisajes rusos que se abren a horizontes interminables: invitada a ahondar en su profundidad sin límites, la mirada es introducida en el presentimiento del misterio de lo real, en la nostalgia de Infinito.

(Pier Paolo Bellini y Vera Drufuca - texto traducido del fasciculo adjunto al CD)