Cada instante de mi vida

Alfa y Omega
Jesús Montiel

Me contaba ayer Cristina que en el hospital donde trabaja el cardiólogo le dijo en el pasillo: «¿A quién vas a matar hoy?». Lo dijo porque Cristina es médico paliativo y los de paliativos, para los médicos de otras especialidades, son considerados casi médicos. No disfrutan del prestigio del cirujano, que recompone un cuerpo destrozado en un accidente de tráfico. El ginecólogo trae al mundo una respiración y el psiquiatra reconduce la mente averiada, pero el médico paliativo no salva a nadie de nada, sencillamente acompaña a quien tiene los buitres encima. Su tarea empieza cuando se ha tirado la toalla y solo queda esperar la fecha del desenlace. Quizá por eso sea una especialidad más humana, porque empieza donde la medicina abandona el ego y regresa a su tarea original: la del cuidado. Por mucho que avance, la medicina no puede acabar con la muerte ni sus preguntas. Por eso dentro de un hospital las personas como Cristina producen escozor, porque revelan la impotencia de la ciencia, su límite...
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