Duchar a una madre

Público
Rafael Cabanillas

...Lloro como nunca jamás había llorado por el dolor inconmensurable que me produce un ser tan desvalido. Tan frágil. El desamparo de su inocencia, la vulnerabilidad de su cuerpo, la indefensión de su ser, que me están matando. Que me están devastando. Aniquilando. Igual que a ella esa enfermedad de carcoma que horada su mente, le está devorando el alma. Poco a poco, en un silencio cobarde y canalla, a dentelladas.
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