La meta mata

La Vanguardia
Fernando Trías de Bes

...El solo hecho de sostener en su mano la brújula que le ponía en rumbo a la felicidad lo hacía dichoso. Pero cuando llegó al punto exacto del polo Norte, la aguja hizo lo que hacen las brújulas cuando llegan al norte: se vuelven como locas, giran en una y otra dirección dando vueltas sobre sí mismas, sin ton ni son. Era obvio: la aguja señalaba un punto al que no se podía llegar. Y entonces el hombre se dio cuenta de lo que el mago le había querido enseñar. Que la felicidad consiste únicamente en saberse en el camino de esta. Porque la felicidad es un punto hacia el que se va, pero al que no necesariamente se llega...
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