Ucrania, el drama y la fe

ABC
José Luis Restán

Las noticias sobre la invasión de Ucrania nos resultan cada vez más cansinas y alejadas. Sucede en toda la Europa occidental. Cada vez nos cuesta más sintonizar con la lucha de un pueblo por su libertad, con su extraña resistencia que llega a incomodarnos y que tanto tiene que ver con su experiencia de fe. Hace un par de semanas me encontré con tres amigas ucranianas que salieron de Jarkov al comienzo de la guerra. Allí han dejado sus familias, sus hogares y sus recuerdos, pero todo lo que sucede en su patria está muy presente en su vida actual, que es un desafío a la esperanza. Cuando hablé con ellas se había intensificado la ofensiva rusa contra la segunda ciudad del país: todos los días se producen ataques con drones y cohetes que provocan numerosos muertos y heridos, e incrementan la destrucción en una ciudad que, antes de la invasión, contaba con dos millones de habitantes, y donde ahora sólo permanece un millón, la mitad de ellos refugiados de otros lugares. Mis amigas no ocultaban su dolor y también su temor a que el cansancio haga mella entre nosotros, los europeos, y a que dejemos de entender su lucha por la libertad y por su propia existencia como nación. Me sorprendió también cómo la fe y la pertenencia concreta a la Iglesia les permite atravesar esta durísima circunstancia sin perder la esperanza...
Pincha aquí para seguir leyendo