Anatomía de Antonio Vega

ABC
José F. Peláez

...No puedo evitar pensar en su último momento, ese momento que me pilló trabajando en un café de La Latina, el último hálito del ser más frágil que ha dado el mundo diciendo a su madre esa frase que me machaca: «Mamá, no me quiero morir». Antonio ha sido la sensibilidad más grande, veía cosas que el resto no alcanzábamos a ver. Pero lo más grande de Antonio era que su sensibilidad no fue cursi ni evidente sino un lamento digno, un dolor sin barroquismos, kilo y medio de oro puro, sin matices, formas ni adornos. Hoy hace quince años de su muerte...
Pincha aquí para seguir leyendo