Pura vida

El País
Rosa Montero

...me quedé pensando en lo difícil que le resulta a esta sociedad reflexionar sobre la muerte, y en que la gran mayoría de los humanos viven como si fueran eternos. Pero luego hay un puñado de neuróticos, entre quienes me cuento, que no podemos olvidar nuestra fugacidad. “Siempre supe que era mortal”, dijo Cicerón, así que debía de pertenecer al club de los morituri, igual que Woody Allen, uno de sus integrantes más conspicuos. A menudo he contado que, con 10 años, yo me decía: mira, Rosita, qué tarde tan bonita, disfrútala porque enseguida, enseguida, pasará el tiempo y estarás durmiendo esta noche en tu cama, y enseguida será mañana y te irás a la escuela, y después te harás mayor, y luego se habrán muerto tus padres, y al fin morirás tú. Ya comprendo que resulta un pensamiento chocante para una niña, pero repito el principio: mira, Rosita, qué tarde tan bonita, disfrútala. Porque cuando estás muy lleno de muerte también estás muy lleno de vida. De la conciencia de estar vivo...
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