El odio da pereza

La Vanguardia
Llucia Ramis

...El odio nunca está satisfecho. Sirve al poder de los que se benefician de la sinrazón y van introduciendo la violencia a través de la despersonalización, el insulto, las arengas. Como si hubiera algo que ganar, cuando el resultado del odio siempre es destructivo. Y autodestructivo. ¿Cuánto dura la alegría del odiador? Quizá se consuele un rato al ver que no está solo. Tal vez se crea importante mientras grita, intimida y agrede. ¿Y luego? El odiador nunca está en paz, siempre hay algo que le atormenta, una idea fija que le obsesiona. No sabe dejar de odiar...
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