La palabra como arma arrojadiza

La Vanguardia
Màrius Carol

En España se habla más que se escucha. Y las palabras han dejado de ser herramientas para entendernos para convertirse en armas para herirnos. Lo malo es que en nuestro tiempo llegan por tierra, mar y aire, como los ejércitos del siglo XX. Las palabras más desatadas nos impactan en las redes sociales, donde no hay freno y donde cualquiera puede con una frase hacer tanto daño como un misil teledirigido, si el agresor apunta bien en el momento oportuno. Lo avisó Ryszard Kapuscinski: “Las guerras no empiezan nunca con el primer tiro, sino con el cambio de lenguaje”...
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