Melancolía del asombro

El País
Manuel Cruz

...Porque el asombro no es la otra cara de la moneda del conocimiento, sino la mejor cara de este. El genuino asombro no es el del ignorante, sino el del sabio que ve cuestionado algún aspecto de su sabiduría. Por eso, podríamos sostener que si alguna enseñanza debería dejarnos la edad es la del aprendizaje del asombro. O, si prefieren formularlo de esta otra manera: sabio es quien ha aprendido a distinguir ante qué merece la pena asombrarse.
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