Sin tiempo

El País
Rosa Montero

...Hace poco salí disparada hacia Zaragoza, tan aturdida que olvidé el móvil en casa, lo cual es aún peor que perder la sombra. Me instalé en el AVE desesperada, porque además no tenía ningún libro (en trayectos cortos leo en el teléfono). Y, cuando llevaba un rato mano sobre mano viendo pasar el paisaje, me pregunté cuántos años hacía que no miraba por la ventanilla de un tren, y me refiero a mirar de verdad, más allá de alguna ojeada fugitiva. (...) No nos damos ni un momento de respiro, me dije. Hemos olvidado cómo vivir sin estar permanentemente enajenados...
Pincha aquí para seguir leyendo