El futuro de la juventud católica pasa por Santiago

Alfa y Omega
Fran Otero

Estos días, todos los caminos llevan a Santiago de Compostela. Por hasta once rutas —los caminos Francés, Inglés, del Norte, Portugués, el Primitivo, la Vía de la Plata…— miles de jóvenes caminan con destino a la tumba del apóstol y para reunirse en la Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ) 2022, el primer gran encuentro pospandemia de la Iglesia en España, que pretende volver a enganchar a los jóvenes a la Iglesia, según explica a Alfa y Omega Raúl Tinajero, responsable del Departamento de Pastoral de Juventud de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que lo organiza junto con la archidiócesis de Santiago de Compostela. En total, 12.000 jóvenes —en torno a un millar del resto de Europa, la mayoría procedentes de Portugal e Italia— de diferentes lugares, espiritualidades, edades e intereses, harán de la ciudad gallega del 3 al 7 de agosto la capital europea de la juventud.

Los universitarios de Comunión y Liberación (CLU) no se la van a perder. Han cambiado sus habituales vacaciones por la PEJ. Y no solo eso, sino que han sumado a jóvenes que no pertenecen al grupo, un tercio de los 300 peregrinos que llevan a Santiago. «Para mí esto es muy llamativo, porque hay personas que se la han jugado invitando a otros», afirma Paula Seghers. Ella misma, que ha pasado el último curso de Erasmus en Irlanda, ha invitado a jóvenes que ha conocido en este país, que están vinculados a la Iglesia de una forma «muy rígida, a los que han metido la fe con calzador y centrada casi exclusivamente en cumplir normas…». «Yo les contaba mi historia, que no había nacido en una familia católica y que había encontrado la fe después. Preguntaban cómo era posible que la historia pudiese suceder al revés», explica Seghers, que quiere que estos jóvenes descubran «una fe que libera». Fernando Valenciano, otro de los miembros del CLU, se lleva a dos compañeros que conoció este curso en Físicas en la Universidad Complutense de Madrid. Un chico y una chica sin apenas contacto con la Iglesia, pero a quienes, a raíz de una exposición que montaron en la universidad sobre el sentido religioso, pudo contarles su historia y testimonio. «Y ahora se vienen al Camino de Santiago y a la PEJ. Me da un poco de vértigo, pues iremos todos los días a Misa, rezaremos… Pero han visto algo que les ha interesado», confiesa...
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