Renacer

La Vanguardia
Antoni Puigverd

La muerte de un hijo es el mayor sufrimiento. He conocido a padres y, sobre todo, a madres que nunca se han recuperado de esta trágica vivencia. Han pasado el resto de sus vidas como una de esas casas vacías, con las ventanas y la puerta tapiadas, que se hunden lentamente rodeadas de abandono. Sobrevivir a nuestra propia muerte equivale a convertirse en una cerilla fría, dice Álvaro de Campos (Pessoa). Ahora mismo Ucrania está llena de cerillas frías. Quizás solo la música pueda expresar el sufrimiento de las madres ucranianas y rusas. El Stabat Mater de Giovanni Pierluigi da Palestrina, por ejemplo: voces que se entrelazan con arcaica precisión fúne¬bre. El Stabat Mater es uno de los cánticos más delicados de la Semana Santa. Describe el dolor y las lágrimas de la madre junto a su hijo clavado en la cruz. Stabat mater dolorosa, iuxta crucem lacrimosa...
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