Con temor y temblor

COPE
José Luis Restán

Cada rostro y cada historia de un abuso, aún más si se ha producido en el ámbito de la Iglesia, merece que nos acerquemos con temor y temblor. Es causa de vergüenza y de penitencia. Cada una es una tragedia, una ruptura de la confianza más profunda, y todo lo que se haga frente a esto, y se ha hecho mucho, parecerá siempre poco. La Iglesia quiere mirar a la cara esos rostros y esas historias, pedirles perdón, acompañarlos, intentar sanar sus heridas, entender bien cómo pudo suceder este horror para impedir, en lo posible, que se repita en el futuro. Para eso ha abierto 70 oficinas en otras tantas diócesis, y en las principales Órdenes Religiosas; ha establecido nuevas leyes y protocolos y, sobre todo, sigue apurando un auténtico cáliz de amargura que conduzca a una conversión profunda... de todos.
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