El abrazo de María

El Mundo
Jorge Bustos

...María es madre, y María es cristiana. Su naturaleza se rebela contra la brutal privación que acaba de sufrir, pero su religión afirma que el sufrimiento es camino de redención. En pocos segundos la conciencia de María resuelve la contradicción y absuelve a la mujer que originó su tormento. A la mater dolorosa en el vértice mismo del suplicio aún le sobra espacio y le falta tiempo para ponerse en el lugar de la otra y liberarla de culpa. Intentarlo al menos: por ella no quedará. La pequeña está ya en el cielo, tú vete en paz. Ni el más nietzscheano de los espíritus puede dejar de admirar la mecánica de la fe cuando se pone en funcionamiento para amortiguar el sinsentido de la tragedia. El evangelista de María, Lucas, lo avisa desde el capítulo segundo, cuando el viejo Simeón, con el niño Jesús en brazos, se gira hacia su madre: «Y a ti una espada te atravesará el alma». Otra María, igualmente traspasada, veinte siglos después reproduce la grandeza del misterio cristiano una tarde vulgar en Mirasierra.
Pincha aquí para seguir leyendo