La palabra ojalá

El País
Martín Caparrós

...La pregunta va y vuelve, se repite: las preguntas que importan siempre se repiten. Y sin embargo cuando me preguntan cuál sería la palabra más bonita de la lengua yo no contesto —por cobarde, supongo— pero suelo pensar que ojalá. La palabra ojalá es ilusión, suspiro de esperanza, ojos que se iluminan —y esos ecos. (...) Y ojalá nos define pero, sobre todo, nos recuerda que no siempre fuimos lo que somos, lo que creemos que somos, eso que nos contaron. Ojalá, claro, es puro árabe: al principio fue law šá lláh, dice la Academia, que significaba “si Dios quiere”. Ojalá es pedir algo a esas fuerzas oscuras, rogar a quien se pueda. Es la idea de querer algo que quién sabe: lo contrario de creer que porque quieres algo lo vas a conseguir. Porque quieres algo puedes no conseguirlo, porque el mundo es demasiado complicado para estar seguro. Ojalá —decir ojalá— es una forma de decir la pequeñez de cada quien, la imposibilidad de controlar este caos de causas y efectos en que vivimos y sufrimos...
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