Qué bueno es estar vivo

El País
Sergio del Molino

...Desde fuera, parezco otro ciudadano diligente que finge controlar su destino y saber lo que hace, pero son movimientos de autómata, pura inercia y pose cívica. No necesito ese calentamiento, porque el mero hecho de despertar ya me coloca radicalmente a favor del mundo. No haber muerto durante la noche y constatar que el cuerpo sigue a lo suyo y que los brazos y las piernas responden a mi voluntad bastan para cargarme de paz y aceptar cualquier catástrofe que tenga a bien suceder ese día...
Pincha aquí para seguir leyendo