El gato no lucha por ser feliz

La Vanguardia
Isabel Gómez Melenchón

...Leo que, en un intento de calmar nuestra ansiedad, los humanos convertimos la felicidad en un proyecto de futuro, planes y planes, e inmediatamente me viene a la cabeza este supuesto final de pandemia y cómo todo lo fiamos a ese quítame ya la mascarilla y a lo que haremos más adelante, siempre más adelante, nunca ahora. Lo leo mientras mi gato, que tiene tres patas por un accidente, salta del sofá a la estantería. No puede llegar más alto, pero no piensa en ello.
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