El gato no lucha por ser feliz
La Vanguardia...Leo que, en un intento de calmar nuestra ansiedad, los humanos convertimos la felicidad en un proyecto de futuro, planes y planes, e inmediatamente me viene a la cabeza este supuesto final de pandemia y cómo todo lo fiamos a ese quítame ya la mascarilla y a lo que haremos más adelante, siempre más adelante, nunca ahora. Lo leo mientras mi gato, que tiene tres patas por un accidente, salta del sofá a la estantería. No puede llegar más alto, pero no piensa en ello.
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