Entrar en calor

El País
Margaryta Yakovenko

...El caso es que vivo desde hace unos días como anestesiada. Las cosas ocurren pero no me sorprenden. Las noticias fluyen en un torrente bruto al que yo observo sin ganas de entrar a mojarme en esa agua que sospecho ponzoñosa. El mundo se mueve pero yo intento quedarme quieta como si pudiera luchar contra la física con metáforas. Y una mañana, abro los ojos porque me ha despertado un ruido que me desorienta. ¿Qué ha sido eso? ¿De dónde viene? Me lleva un tiempo reconocer que lo que me ha despertado no es más que el canto limpio y puro de un pájaro...
Pincha aquí para seguir leyendo