Si Dios quiere

La Vanguardia
Joana Bonet

...¿Quiénes somos sin el otro? ¿Hasta dónde es capaz de hacer el ridículo nuestra soberbia? Y la búsqueda de la espiritualidad es consustancial a toda crisis del pensamiento materialista. La práctica del yoga, tan generalizada, resulta una forma de hacerse leve, a la vez que la meditación garantiza calma y orden interior. Conozco a no creyentes que rezan el rosario durante su hora de piscina: veinte largos, cinco por misterio. Mantras de la infancia que les ayudan no solo a respirar mejor bajo el agua, porque desde el fondo de su alma desean firmemente que Dios quisiera, que estuviera de nuestra parte, y que, además de acompañarnos en la dura convivencia con el mal, intercediera para amansar el virus, doblegar las miserias politiqueras y reconfortar al moribundo que clama, como Jesús clavado en su cruz, “¿Dios mío, por qué me habéis abandonado?”.
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