Entre asesinos

El País
Irene Vallejo

...Presos de la prisa, corremos sin aliento para llegar puntuales a la siguiente meta. Con la vista siempre puesta en lo que sigue, malogramos el presente. Preferimos la llegada al camino y, por eso, hemos elevado a los altares el “sanseacabó”. Usamos incluso expresiones homicidas como “matar el tiempo”. Emil Cioran captó el tono chirriante de la frase y escribió con su habitual humor negro: “Mi misión es matar el tiempo y la del tiempo matarme a mí. Se está bien entre asesinos”. Repetimos que el tiempo es oro, olvidando que nada hay más valioso que nuestras horas irremplazables, una riqueza que nadie nos devolverá. Sobrevivir implica hacer malabares en las agujas del reloj, imaginar el mañana con el placer del ahora. Quizá sea el momento de tratar el tiempo con más tiento.
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