El regreso de la muerte

La Vanguardia
Antoni Puigverd

Incluso estos días extraños y funestos pueden servir de aprendizaje. Encerrados en casa, con graves impedimentos laborales, alejados de amigos y familiares, separados del asfalto y de la naturaleza, hemos tenido que cambiar los hábitos, reconsiderar inercias, replantear la vida. Cada cual lo hace a su manera. Hay quien, en un primer momento, ha necesitado un activismo febril, que los amigos se han encargado de potenciar hasta el delirio: juegos, informaciones, series, chistes, bromas, música, cocina, gimnasio, teléfono, tele, chats. Lentamente, el bombardeo de actividades ha cedido el paso, si no al silencio, sí a cierta contención. Encerrados, estamos descubriendo recursos que ignorábamos, capacidades olvidadas. Preguntas esenciales, siempre abandonadas, han vuelto a nuestro pensamiento...
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