Éramos felices y no lo sabíamos

El País
Íñigo Domínguez

...Recuerdo otra conversación con el peluquero, antes de que ni siquiera soñáramos con que viviríamos esto. En esas charlas erráticas, con la radio de fondo, que se tienen en la peluquería, acabamos hablando de cómo de pronto se rompe la normalidad, porque él es venezolano. Me contó cómo fue degenerando la situación, no le quedó otra que emigrar, y cómo ahora cada mañana de su vida recordaba el día que tuvo que cerrar la puerta de su casa e irse, y cómo cada noche sueña con el momento en que volverá a meter la llave en la cerradura y podrá regresar a ella. Se me quedó una frase. Me contó que ha evocado muchas veces cómo era la vida antes de todo, las charlas intrascendentes en el bar, con los amigos, quejándose de esto y lo otro, cómo pasaba el tiempo de forma intrascendente. Y dijo: “Éramos felices y no lo sabíamos”...
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