Amigos de alquiler

El Español
Sol Aguirre

Dos veces en una sola semana me he encontrado en medio de conversaciones sobre la nueva moda en Estados Unidos: alquilar amigos. En la primera, me lo tomé a risa, como algo anecdótico. La típica idea de iluminado que sale a la luz, no por su éxito, sino por lo estrambótico de su propósito. La segunda se dio tras varios mensajes de amigas y lectoras contándome que se habían separado y que le tenían mucho miedo a la soledad, a la provocada por la ruptura y a la que se llega después de años sin abonar el resto de relaciones, incluida la que deberías tener contigo mismo. Llega el golpetazo y tu botiquín de emergencias emocionales está vacío: no hay amigos, no hay aficiones, no hay un Yo definido...
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